sábado, 30 de octubre de 2010

Markel Olano "El reconocimiento del pueblo vasco y el derecho a decidir son el meollo del nacionalismo en el futuro" de EAJ-PNV

Markel Olano "El reconocimiento del pueblo vasco y el derecho a decidir son el meollo del nacionalismo en el futuro" de EAJ-PNV. El Viernes, 29 de octubre de 2010
Donostia. Markel Olano se apresta a afrontar la recta final de un mandato al que llegó de forma inesperada. Sin apenas experiencia pública, se situó de repente en el centro de la política institucional guipuzcoana. Casi cuatro años después, ¿le ha cogido gusto a su tarea?: "Me he adaptado a la nueva situación, pero manteniendo la responsabilidad y una fortaleza interior muy grande para hacer frente a las situaciones. Ése es el enfoque personal que le doy a esta circunstancia. Es malo que, desde el punto de vista de un cargo público, uno le coja gusto a la responsabilidad. Son trabajos duros, exigentes y encierran grandes dosis de sacrificio que hay que afrontar con ilusión y fortaleza. Lo que sí mantendré es una ilusión para desempeñar esta responsabilidad con dignidad". Con esta visión de su cargo, el diputado general analiza una situación política marcada por la evolución en el MLNV, el acuerdo del PNV en Madrid y las vísperas electorales.



Los cambios en el Gobierno Zapatero se han interpretado que pueden responder a la gestión del fin de ETA. ¿Usted también lo ve así?



Si esa es la intención del cambio de gobierno, es una intención loable. Lo que ocurre es que, hasta ahora, en el Gobierno español no he observado ningún tipo de intención en ese sentido. La persona que dirige Interior se ha hecho con una especie de mando en plaza absoluto. Yo, por ahora, no observo cambios relevantes como para que, a corto plazo, me hagan abrigar una esperanza especial.



En el discurso de Política General pidió cobertura democrática para acompañar los pasos que está dando la izquierda abertzale. Sin embargo, esta semana se ha dado un paso más en sentido contrario.



Ése es otro elemento que me lleva a pensar que no se tienen las ideas muy claras o se tienen demasiado claras. Aunque cabría matizar que también hay elementos que nos llevan a considerar la existencia de movimientos desde la perspectiva del Estado español. La publicación de la entrevista de Arnaldo Otegi en un medio como El País me parece un hecho relevante. De todas formas, insisto, a priori no me posicionaría en torno a los cambios del Gobierno español. Prefiero ser prudente.



¿Cómo valora la gestión que está realizando el Gobierno Vasco de este momento político?



He observado menos capacidad de movimiento y adaptación a las nuevas circunstancias que en el Gobierno español. Me parece muy preocupante que un Gobierno que debería estar más a pie de calle, tener conciencia de la transformación y de la oportunidad que se está abriendo en este país, muestre una actitud más regresiva que el Ejecutivo español.



De todas formas, ETA no acaba de despejar el horizonte. ¿Confía en la capacidad de la izquierda abertzale para atraer a ETA a sus posiciones?



No es la primera vez que digo que el movimiento que se está produciendo en la izquierda abertzale es muy importante y que ETA debe ser receptiva a la exigencia no sólo de la inmensa mayoría de la sociedad sino de la misma izquierda abertzale. Pero claro, la decisión la tiene que tomar ETA. Hasta ahora, su recorrido, es claramente insuficiente y tienen que producirse pasos nuevos. Si no se produjera ese movimiento, realmente, las consecuencias para el conjunto del país y para la propia izquierda abertzale serían nefastas.



¿Cree a la izquierda abertzale cuando asegura que su decisión es irreversible?



Así lo han dicho y así lo han confirmado con sus actos, por lo que desde el punto de vista de un movimiento político entiendo que esa decisión es definitiva. Lo que sucede es que se tiene que producir el paso de ETA. Esa es la indeterminación que está sobrevolando sobre la situación. Ese movimiento de ETA es clave, es fundamental para despejar nuevas vías de solución.



¿Teme que alguien piense más en cálculos de aritmética parlamentaria que en buscar una salida?



Existe la contradicción de ser exigente con la izquierda abertzale para que avance en el camino político y, al mismo tiempo, ponerle grandes obstáculos para su participación electoral. Es una contradicción. El mantenimiento pertinaz de la estrategia de la Ley de Partidos puede obedecer a motivos que no son los centrados exclusivamente en un final de la violencia de ETA sino en motivos políticos partidistas, con vistas al juego de mayorías y de minorías.



PSE y PP no han aclarado si van a repetir en las diputaciones el acuerdo que ha llevado a Patxi López a la Lehendakaritza. ¿Qué vaticina?



Creo que vamos a asistir a una especie de juego del escondite. Pero tengo clarísimo que si al PSE y al PP les dan los números en todas las instituciones que se presentan van a constituir una mayoría de gobierno. No tengo ninguna duda. Lo van a hacer así porque entra dentro de una estrategia de arrinconamiento del nacionalismo. Si lo han hecho sus máximos responsables en la principal institución del país, evidentemente, de aguas para abajo lo van a hacer en todo el recorrido.



Ha propuesto un acuerdo de colaboración de fuerzas nacionalistas para abordar las grandes cuestiones del país. ¿Es una propuesta con la vista puesta en las elecciones o va más alla?



Yo hago una lectura general que coincide con el discurso puesto en marcha por mi partido en Gipuzkoa y que se recoge en Batu Gaitezen. Se trata de establecer una estrategia de largo recorrido desde una perspectiva de aunar fuerzas en el ámbito de aquellos partidos y aquellas personas que creemos que Euskal Herria es una nación y tiene derecho a decidir su futuro. En torno a esas bases políticas, y sobre la premisa de un escrupuloso respeto a los derechos humanos, se tiene que establecer una colaboración.



¿No cree que su propuesta puede ser acusada de frentista?



¿Con qué legitimidad? Estamos hablando de que, ahora mismo, el único frente constituido con el objetivo claro de arrinconar al nacionalismo es el establecido por el Partido Socialista y el Partido Popular. No formulo una posición en contra de unos partidos políticos, sino en defensa de unos principios políticos, que para mí son el meollo del nacionalismo para el futuro.



Ha sido bastante crítico con un Gobierno Vasco sustentado en el acuerdo entre PSE y PP. ¿Se han cumplido sus peores pronósticos?



Desde la Diputación ya establecimos que tanto en el ámbito de la crisis económica como en el de las víctimas del terrorismo íbamos a ser muy leales con el Gobierno Vasco y no íbamos a hacer una lectura crítica ni destructiva de su gestión. Y lo hemos respetado. Lo que sucede es que el Gobierno Vasco comenzó muy marcado por el PP en cuestiones relacionadas con la lengua, la cultura, la identidad, el autogobierno vasco… Han tocado fibra muy sensible en consensos ya establecidos y se ha producido una marcha atrás. Se ha confirmado el mal pálpito que teníamos sobre el Gobierno.



¿Que le ha parecido la negociación de su partido en Madrid?



Hay que poner en valor la profundización en el cumplimiento del Estatuto, una cuestión fundamental. Y también ha habido avances, merced a la apuesta que ha hecho el PNV por el dialogo privilegiado con Zapatero en cuestiones relacionadas con la pacificación. Estamos hablando de dar estabilidad para recibir estabilidad. Estabilidad en el Gobierno español para que las cuestiones que afectan a nuestro país se vayan solventando, como son la pacificación y la normalización política.



El PSE se ha defendido diciendo que el PNV ha regresado a la senda estatutaria. Urkullu ha contestado que el cumplimiento del Estatuto no es la estación final. ¿Está hablando del derecho a decidir?



Hay una serie de principios que el nacionalismo ha establecido estos últimos años y que son el corazón de su futuro. El reconocimiento del pueblo vasco y el derecho a decidir son la base fundamental. Eso el nacionalismo no lo va abandonar jamás. Lo que es cierto es que las lecturas que se hacen desde el PSE suenan mucho a pataleta muy infantil, a una lectura muy partidista de los acuerdos cuando se debería hacer una lectura de país, en la medida en que los acuerdos alcanzados son buenos para el conjunto de la ciudadanía. Todos nos deberíamos alegrar.



Pues visto lo que ha pasado en verano con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Catalunya, el derecho a decidir parece una aspiración hoy por hoy imposible.



¿Pero qué es lo que ha mostrado la sentencia del Estatut? Que dentro del Estado español no se reconoce la plurinacionalidad. El nacionalismo tiene que establecer su estrategia a corto y medio plazo en coherencia con la consecución de ese objetivo. El que hayamos visto que el Estado no acepta esa situación nos tiene que llevar a una estrategia inteligente, gradual y eficaz para lograr ese objetivo. La vía para conseguirlo es activar una mayoría social.



La izquierda abertzale ha contrapuesto la declaración Batu Gaitezen a las gestiones del PNV con el Gobierno español.



Me ha parecido observar cierta incomodidad en la izquierda abertzale ante la posición del PNV en Gipuzkoa. Seguramente, porque ellos han querido establecer un espacio propio con el polo soberanista pero en clave de etiquetas, estableciendo espacios diferenciados que van justo en contra del concepto que yo trabajo sobre la apuesta en común. Cuando hemos reivindicado el trabajo en común los que defienden etiquetas, es evidente que se han sentido aludidos e incómodos.



Parece descartada la coalición con Hamaikabat. ¿Se contemplan otras fórmulas de colaboración?



Son los partidos políticos los que tienen que establecer esas fórmulas. Lo que sí tengo que decir es que, hasta ahora, el trabajo con Hamaikabat se ha desarrollado de forma leal y fructífera.



Anticipando que una mayoría absoluta en Gipuzkoa es imposible, el PNV estaría dispuesto a gobernar con…


Yo no quiero entrar a análisis postelectorales en una situación preelectoral. No me parece respetuoso con la gente, que es la que establece los escenarios políticos en las elecciones. Yo puedo avanzar que mantengo el principio de colaboración en el ámbito del nacionalismo, y las fórmulas concretas serán los partidos políticos los que las tienen que establecer.

El ultimo sociómetro suspende a todos los políticos vascos. Haga usted autocrítica.

Una cultura política que lo que hace es mantener un sistema institucional y político totalmente alejado de la ciudadanía genera desconfianza. Muchas veces además somos muy paternalistas y pensamos que estableciendo una u otra política lograremos que la gente nos vea de otra manera. Lo que creo es que la clave está en el propio camino.