sábado, 7 de julio de 2012
Europako Alderdi Demokrata - Partido Demócrata Europeo Intervención Iñigo Urkullu-ren hitzaldia
EUROPAR ALDERDI DEMOKRATAREN KONTSEILU POLITIKOAREN IREKIERA
APERTURA DEL CONSEJO POLÍTICO DEL PARTIDO DEMÓCRATA EUROPEO
Este jueves, en mi discurso de aceptación como candidato del
Partido Nacionalista Vasco a Lehendakari, planteaba la “estrategia de salida” para esta endemoniada y compleja situación política y económica que atravesamos. Una situación de la que no hemos sido responsables pero que, como el efecto mariposa, nos afecta enormemente por la debilidad estructural de los fundamentos económicos del Estado español. Esta estrategia de salida nos la legó un ilustre europeísta, don Manuel de Irujo, quien proclamaba hace ya varias décadas: “no hay otro secreto que trabajar, trabajar y trabajar”. Este es el secreto de nuestra estrategia.
Reclamaba también en mi discurso confianza, así como una movilización colectiva para restaurar una senda de exigencia y crecimiento que Euskadi nunca había debido abandonar. Una movilización para recuperar nuestra fortaleza moral e intelectual - como señalaba Kennedy -, para estimular la responsabilidad individual y social de todos los vascos y vascas.
Ostegun gauean baieztatu bezala, gaur ere esaten dugu ezinbestekoa dela, berriro ere, Euskadin sinestea. Gure gaitasunetan, gure balore sendoetan sinestea. Euskal herriaren baloreak, hau da, lana, prestakuntza, sakrifizioa, aukera berriak bilatzea, aurreztea, berrikuntza, eta solidariotasuna.
Balore hauek, fede hau, biziberritzeko nahi eta asmo hauek dira, gure etorkizunaren eraikuntzarako ezinbesteko oinarriak. Gure Alderdiaren buruzagitza sendoari esker, hamarkadatan eraiki dugun gizarte ereduari eusteko. Hauexek dira, gure Europar Batasuna une honetan kolpatzen duen ekaitza honetatik irteteko behar ditugun baloreak.
Vamos a dedicar este Encuentro a analizar la actual situación europea. Es evidente que atravesamos unos momentos complicados en Europa. Momentos angustiosos. Las amenazas de la crisis proyectan confusión e incertidumbre en la ciudadanía. No existe un liderazgo europeo. El egoísmo nacional preside la conducta de los Gobiernos.
El falso debate “austeridad o crecimiento” convoca y alimenta la controversia norte-sur europea, arrumbando el valor de la solidaridad. Nosotros, desde el norte del sur, defendemos que la solidaridad es el combustible imprescindible para transitar con éxito el camino común. Y afirmamos también que este es el único camino posible.
Las cumbres europeas, la pasada semana fue el último ejemplo, se han convertido en un artificioso juego de casino, una guerra de posiciones, una refriega de orgullos de gobernantes presuntuosos, que utilizan el fácil recurso de atribuir a la Unión la culpa de todos sus males. Es una mera coartada para ocultar su propia ineficacia en la gestión política de los Estados. Las cumbres europeas deben convertirse en un ejercicio de responsabilidad compartida para administrar nuestro presente y erigir nuestro futuro común.
Unos Estados apelan a la solidaridad, pero escasamente entienden, en realidad no quieren entender, el significado pleno de esta palabra. Estos Estados obvian el esfuerzo que deben desplegar para acreditar su propia responsabilidad y reformar radicalmente su deficiente gobernanza. Otros Estados apelan a los tópicos históricos, subrayando siempre la escasa virtuosidad y laboriosidad del resto, favoreciendo la apertura de una profunda sima entre los diferentes Pueblos de Europa.
No quiero detenerme más en este ejercicio, tan inútil como pernicioso, de cargar la culpa de la crisis y de las dificultades de acordar la estrategia de salida, sobre los otros. L´enfer c´est les autres, que decía Jean-Paul Sartre.
Frente a todo esto, pedimos que se acabe de una vez con este estúpido juego. Todos debemos, es imprescindible, salir juntos de este círculo vicioso que conduce a la nada, que conduce a destruir la obra europea y al desgraciado retorno a un pasado de distanciamiento y perversas querellas.
Desde nuestro criterio, la estrategia de salida es común y se trata de profundizar en la Unión, de preservar nuestra moneda común para evitar el suicidio colectivo. Se trata de que debamos continuar la labor de edificación de Europa porque no tenemos, fatalmente, otra elección.
Decía que los proyectos políticos solo se pueden construir desde la libre voluntad de los ciudadanos y ciudadanas. Y desde el respeto y la no imposición. Nosotros, en Euskadi, estamos viviendo en carne propia lo que ocurre cuando se trata de imponer. Imponer, desde dentro, modelos basados en la ortodoxia Stalinista. Con la ortodoxia no se puede gobernar, ni construir un país abierto, desarrollado, solidario y con futuro. Rectificar es de sabios. Perpetuarse en el error en sinónimos de ortodoxia, de imposición y de fracaso. Y un poco, o mucho, de todo esto lo estamos viviendo en los gobierno de Bildu, por mucho que quieran convencernos con palabras de que representan otra cosa.
Y en Euskadi hemos vivido lo que ocurre cuando se trata de imponer identidades por la fuerza de la ley. A espaldas de la ciudadanía. Ocultando las verdaderas estrategias e internciones.
Termino.
En el Partido Nacionalista Vasco, creemos en Euskadi y también creemos en Europa. En una Europa en la que nos sintamos reconocidos. Debemos así renovar nuestra fe en la Unión Europea, en los valores que, desde los padres fundadores, han presidido su construcción y han sido el fermento de nuestra unidad.
Formamos parte del Partido Demócrata Europeo, un faro para estos valores, un símbolo de que Europa es lo nuestro. De que Europa nos pertenece y pertenecemos a Europa.
Mila esker denei. Mil gracias a todas y todos.