miércoles, 3 de octubre de 2012

ALDERDI EGUNA

Urkullu defiende que Euskadi sea una nación "sin subordinaciones impuestas" FORONDA. El PNV calentó ayer en el Alderdi Eguna motores para la campaña electoral que arranca el próximo viernes. Se situó en el punto de arranque de una carrera electoral de quince días exhibiendo músculo y, pese a las nubes amenazantes, activando a sus simpatizantes que, en gran número, se acercaron hasta las campas de Foronda, superando de manera considerable la asistencia de las últimas ediciones. El discurso del presidente y candidato a lehendakari, Iñigo Urkullu, se ajustó al guion y, en contra del eje de su programa electoral más centrado en la salida de la crisis, mostró ante los suyos un perfil más soberanista, con continuas referencias al derecho a decidir de los vascos. Defendió que Euskadi sea una nación "sin subordinaciones impuestas, sin más ataduras que la libre decisión de la ciudadanía vasca". Sin mencionar expresamente el proyecto de nuevo estatus de autogobierno que su partido plantea para 2015, el burukide jeltzale sí desgranó los principios sobre los que se sustenta esa reivindicación que deberá contar con un acuerdo previo entre las formaciones políticas vascas, antes de su traslado al Congreso español. "Creo en este país, creo en esta nación, una Euskadi pujante, que se mida con el resto de naciones como una más", señaló durante su discurso. "Queremos ser dueños de nuestro destino", remachó. No hizo referencia a la independencia pero sí a la soberanía compartida con el Estado español "en un ámbito europeo". Y para lograr este encaje abogó por la fórmula del pacto para reeditar un acuerdo que permita a Euskadi "vivir plenamente su madurez política". En este sentido, el candidato a lehendakari por el PNV pidió el reconocimiento de la nación vasca en igualdad de condiciones que cualquier otra pero fue más allá al reclamar la posibilidad efectiva de materializar cualquier proyecto político "en base a la voluntad democráticamente expresada a través de la libre decisión". Tras afirmar que los vascos "queremos ser dueños de nuestro propio destino", Urkullu reclamó compromisos en la defensa de lo conseguido hasta ahora en materia de autogobierno y también "más Estado". Si la inminencia de los comicios al Parlamento Vasco latía por los cuatro costados de Foronda, el final de ETA no tuvo presencia alguna ni en el discurso de Urkullu ni en los corrillos de las decenas de miles de personas que hasta allí se acercaron en el primer Alderdi Eguna tras el anuncio de cese definitivo de su actividad violenta. Quizás por aquello de que el mayor desprecio es el no aprecio. Aunque sí hubo una mención velada a la banda armada y a la izquierda abertzale por parte del burukide jeltzale. "Cuando unos pegaban tiros, nosotros construíamos, piedra a piedra, las instituciones a las que ahora llegan. Al menos ya no las denigran como entonces", dijo. Urkullu también se referió a la memoria y al "reconocimiento de quienes han padecido un horror inolvidable".