lunes, 21 de noviembre de 2011
El PNV lidera una Euskadi cada vez más abertzale
El voto abertzale confirma su hegemonía
La suma de PNV y Amaiur supera en casi 150.000 votos a PSE y PP w Los socialistas vascos siguen en caída libre desde las generales de 2008
Bilbao. Un globo demasiado inflado puede reventar como consecuencia de la presión o perder volumen poco a poco con el transcurso del tiempo. En el caso del PSE, el baño de realidad se ha producido de forma paulatina después de que sus buenos resultados en las elecciones generales de 2008 hayan demostrado ser meramente coyunturales. El último capítulo de esta bajada a la tierra tuvo lugar ayer, ya que el voto abertzale volvió a ser mayoritario en la CAV, lo que no hizo sino continuar la tendencia de las autonómicas de 2009 y las municipales y forales del pasado mayo. En todas estas citas electorales, el PNV ha sido la primera fuerza en la CAV.
Pese a la hegemonía de UPN-PP ayer en Nafarroa, seguidos del PSN, los escaños logrados por Amaiur y, sobre todo, Geroa Bai, suponen un notable logro. En la CAV, la suma de PNV y Amaiur fue de 608.045 votos, por los 464.105 de PSE y PP, lo que supone una diferencia de 143.940 en favor de las fuerzas abertzales. Como conclusión se puede decir que el País Vasco está blindado frente al bipartidismo que lo ha arrasado todo a nivel estatal.
Muy al contrario, en las generales de 2008 el PSE fue el claro vencedor con 430.690 votos, que, sumados a los del PP, llegaban a 639.934. Mientras, la suma de PNV, EA y Aralar fue de 386.488 sufragios -los jeltzales fueron el segundo partido más votado con 306.128 apoyos-. Desde entonces, la tornas se han invertido y los constitucionalistas, especialmente el PSE, no han dejado de ceder terreno en el País Vasco -el PP de Basagoiti no se aprovechó ayer del arreón de Rajoy en el Estado y solo aumentó 756 votos-.
La razón de esta ingente pérdida de apoyos hay que buscarla en las excepcionales circunstancias que confluyeron en los resultados de los socialistas vascos en 2008. Entonces, la imagen de José Luis Rodríguez Zapatero estaba en sus cotas más altas en la CAV merced a su implicación decidida en el proceso de paz; la izquierda abertzale no concurrió a esas generales; y el concejal socialista en Arrasate Isaías Carrasco fue asesinado por ETA el último día de campaña.
Tras ese éxito electoral, los socialistas vascos defendieron la idea de que algo había cambiado en Euskadi y que los constitucionalistas superaban por fin a los abertzales. Una afirmación que volvió a enarbolarse tras los comicios de 2009 para justificar el pacto PSE-PP que aupó a Patxi López a la Lehendakaritza, pese a que el PNV, con su candidato Juan José Ibarretxe, fue el más votado. Aunque ese mensaje está ya demodé por la vía de los hechos, el daño está hecho con un Parlamento Vasco que, de forma evidente, no representa el sentir de la ciudadanía: por el modo en que fue desalojado el PNV de la Lehendakaritza y por la ausencia de la izquierda abertzale.
Giro electoral El primer ejemplo de este cambio de tendencia se produjo en las últimas elecciones autonómicas, donde el PNV fue la primera fuerza con 399.600 votos -junto a Aralar y EA llegaron a 500.312-. En cambio, socialistas y populares se quedaron en 464.260 apoyos. Ni siquiera la adición de UPyD hacía sombra a los abertzales, ya que suponían un total de 486.493.
Las municipales de mayo confirmaron esta tendencia y el PNV logró el mayor número de votos, 326.165. Sumados a los de Bildu -formada por EA, Alternatiba e independientes de la izquierda abertzale-, Aralar y Hamaikabat, dicha cifra se disparaba a los 642.294. El PSE sufría un serio correctivo y, junto al PP, se quedaba en 324.006 apoyos. La inacción del Gobierno de López, junto con el desgaste del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que se dejó sentir también en tierras vascas, cimentaron el fracaso socialista.