jueves, 8 de diciembre de 2011

El PNV defiende una propuesta conjunta para toda la UE, aunque sea por fases












Bilbao confía en que la cumbre europea sea "determinante" para lograr "entre todos" los Estados miembros un acuerdo sobre las medidas a adoptar para salir de la crisis.
BILBAO.La europarlamentaria del PNV Izaskun Bilbao ha considerado que las instituciones europeas deberán demostrar en la cumbre que inician hoy que tienen "liderazgo" para lograr que se imponga una solución "entre todos", aunque conlleve una reforma "por fases", frente a la modificación inmediata de los tratados que proponen Francia y Alemania.

En una entrevista en Onda Vasca ha confiado en que la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno europeos sea "determinante" para lograr "entre todos" los Estados miembros un acuerdo sobre las medidas a adoptar para salir de la crisis y ha censurado las propuestas de reforma del tratado de la UE "de manera inmediata" planteadas por Alemania y Francia.

Según ha dicho, "la Unión Europea es algo más que Sarkozy(Nicolás) y Merkel(Angela)", y ha expresado su convicción de que "los líderes europeos serán capaces de proponer" nuevos criterios para alcanzar "una postura común", en lugar "de dejar por detrás" a los Estados "que tienen problemas".

La europarlamentaria del PNV se ha mostrado "más de acuerdo" con la propuesta del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para avanzar en fases y evitar que las reformas se acometan "de manera precipitada".

Van Rompuy propuso reforzar la unión económica en la que se plantea introducir cambios al tratado de funcionamiento del fondo europeo de rescate permanente (MEDE) y reforzar la disciplina fiscal, lo que requiere cambios en los tratados europeos.

Propuso obligar primero a los países del euro a introducir en sus constituciones nacionales la llamada "regla de oro", que fija un tope de déficit, mediante un procedimiento rápido que sólo requiere la unanimidad de los líderes europeos y llevaría como máximo dos o tres meses.

A esa primera fase se sumaría un proceso más largo, probablemente de dos o tres años, para reforzar los mecanismos automáticos de toma de decisiones en casos de déficit excesivo, que además precisaría ratificación en cada uno de los Veintisiete y no excluye la posibilidad de que algún socio europeo decida convocar un referéndum.