domingo, 4 de diciembre de 2011

Euskadi Europa 2015


Nuestro futuro está ligado a nuestra capacidad de desarrollo económico en un escenario global. Euskadi puede estar o no. Y necesitamos tener presencia en ese escenario global porque solo con una voz propia nuestros intereses serán defendidos adecuadamente.
EUSKADI es a España lo que Alemania es a Europa. Esta fue una de las frases estrella de la pasada campaña electoral. Paradójicamente, fue pronunciada en un mitin del Partido Socialista de Euskadi celebrado en Gasteiz. Pasada la cita con las urnas, esta misma semana hemos presentado en el Parlamento Vasco una proposición no de ley para que Euskadi pueda contar con una delegación propia en Alemania, esto es, una oficina de representación y apoyo a nuestros intereses económico-empresariales en el país locomotora de Europa. La respuesta de los socios preferentes PSE y PP ha sido, como siempre, no.

Este es el mejor ejemplo para explicar la dimensión del término "nacionalismo económico" que pretendemos impulsar. Nuestro futuro está ligado a nuestra capacidad de desarrollo económico y este se va a dilucidar en un escenario global. Euskadi puede estar o puede no estar. Nuestra propuesta es clara, necesitamos tener presencia y voz propia en el mundo económico global, porque de otra forma nuestros intereses no serán defendidos adecuadamente. Cuando el PSE y el PP limitan la acción exterior del Gobierno están debilitando nuestras posibilidades de crecimiento en un momento en que la apuesta central de la economía vasca pasa por la apertura y la internacionalización.

La fortaleza económica que hoy representa la marca Euskadi no ha llegado llovida del cielo. Ha sido fruto de años de compromiso y complicidad entre el tejido empresarial y la administración pública vasca. Años de apoyo directo a la economía real, de apuesta por la industria exportadora, de ayuda a la presencia propia de las empresas vascas en el exterior. Esta labor de dos décadas está tratando de ser ralentizada por el Gobierno vasco precisamente en el momento en que debería ser impulsada con mayor vigor.

Primera velocidad

La apuesta por la Nación vasca supone hoy mirar al norte, para que Euskadi pueda mantenerse en la primera velocidad europea. No es de recibo que el partido del Gobierno equipare un día el "modelo Euskadi" con el "motor Alemania" para negarse al día siguiente a que podamos estar presentes y formemos parte de esa locomotora. Pretender que las embajadas españolas van a representar suficientemente los intereses económicos y empresariales vascos es engañarse a sí mismo. Nadie entiende que para llegar a Alemania Euskadi tenga que pasar por Madrid. El camino es otro. Si hasta la fecha hemos logrado crecer en innovación e internacionalización ha sido porque hemos invertido y priorizado la presencia propia y directa del tándem administración-empresa en el exterior.

Este es el modelo que siempre hemos defendido y que vamos a defender. Este es el modelo que demanda y reconoce la sociedad vasca, consciente de que el autogobierno político y económico que hemos liderado en el pasado funciona y representa nuestro futuro. El "nacionalismo económico" que propugnamos es sinónimo de apertura, de internacionalización, de desarrollo económico en un entorno abierto. Parte de una apuesta más decidida por el impulso a las herramientas del autogobierno, porque tenemos todavía transferencias estatutarias que nos corresponde gestionar. Y tenemos también retos pendientes, como el sistema propio de relaciones laborales, enfocado a facilitar el pleno desarrollo de las potencialidades económicas de nuestro país al servicio del empleo.

Precisamente el nuevo jarro de agua fría que supone el repunte del paro en Euskadi es la enésima prueba de la ineficacia de un Gobierno que no está a lo que tiene que estar. El paro está creciendo en Euskadi a un ritmo tres veces superior al del Estado, pero el Gobierno PSE-PP se mantiene incapaz de plantear una política económica coherente. Son dos partidos disjuntos que gobiernan juntos. No están de acuerdo en ninguna de las bases de la política económica. Y, lo que es peor, ahora han comenzado a airear sus diferencias en la política fiscal, en la gestión presupuestaria o en el plano del apoyo a la economía productiva. Nadie entiende ya el motivo por el que permanecen juntos cuando nada les une y todo les enfrenta.

Marca Euskadi

Desarrollar un nuevo sistema de autogobierno y priorizar la respuesta a la crisis económica desde una perspectiva global es el reto del nacionalismo para estos próximos años. Euskadi se juega su futuro en un nuevo escenario y la primera premisa es fortalecer la identidad Euskadi, una marca que tiene que crecer como sinónimo de calidad, servicio, prestigio y trabajo bien hecho. La marca Euskadi es la actualización en el mundo global de la expresión "palabra de vasco" tan usada antiguamente en América, un compromiso garantizado.

Durante estos dos años y medio de desgobierno vasco asistimos perplejos a una realidad insólita: estamos contemplando a una administración pública renqueando por detrás de la iniciativa privada. Se han cambiado las tornas y son las empresas vascas las que, con tenacidad y energía, están abriéndose a nuevos mercados en el mundo. Es inaudito que en un momento de necesaria inversión, expansión y apertura, el Gobierno no solo no amplíe la red de centros al servicio de la internacionalización económica sino que los debilite, limitando sus recursos y capacidades.

El futuro de la economía, y también del nacionalismo, es global. Por eso nuestra apuesta por la Nación Euskadi activa la palanca de crecimiento en un entorno cada vez más abierto y competitivo. El reto que afrontamos es el de soportar nuestro desarrollo político en una sólida base de progreso económico. El éxito del modelo PNV ha sido la confirmación de que el binomio histórico autogobierno-bienestar funciona. Este mismo año en Bizkaia hemos obtenido dos avales confirmatorios que nos animan a seguir creciendo, el primero con fecha 22-M y el segundo datado el 20-N. En el nuevo escenario político vasco a cuatro, el Partido Nacionalista Vasco ha obtenido más de un tercio de los votos y los otros tres partidos se reparten menos de los dos tercios restantes. El modelo funciona y tenemos un proyecto de crecimiento, Euskadi Nación Europea 2015, el camino lógico para crecer, para mirar hacia arriba, para llegar a Alemania sin pasar por Madrid, para avanzar hacia el norte y no retroceder hacia el sur.