jueves, 8 de julio de 2010

El PNV encara la construcción nacional vasca desde el desarrollo institucional y el bienestar

Su iniciativa "Ados" apuesta por la desvinculación de todas las formaciones de la violencia de ETA.

"En Euskadi existe un problema político de raíz histórica". Con esa premisa, el PNV afronta nuevamente la construcción nacional vasca. Y lo hace en el seno de su iniciativa Ados, con la mirada puesta en un proceso constituyente que alumbre un nuevo marco para el autogobierno, pero sin partir de cero. Las peculiaridades vascas en el terreno económico, cultural, social y político servirán de abono a la propuesta sembrada por los jeltzales y se convertirán, asimismo, en los brotes de esa misma iniciativa, que busca fortalecer el autogobierno en esos cuatro ámbitos de cara a abrazar un nuevo marco.

El proyecto, que será labrado en los próximos dos años, con vistas a 2013 y a su presentación en la Cámara de Gasteiz, busca configurarse como un planteamiento compartido y forjado desde la sociedad vasca, a quien corresponde decidir sobre las características de la Euskadi del futuro, según destacan los abertzales en el dossier remitido a más de 160 agentes del ámbito civil, económico y cultural, tanto de Euskal Herria como de la esfera internacional, y al que ha podido tener acceso DEIA. A esos destinatarios corresponderá realizar aportaciones hasta febrero o marzo del próximo año, al objeto de enriquecer un documento que postula el refuerzo de Euskadi como nación en términos económicos, culturales, sociales y políticos, ante el incumplimiento del Estatuto y la deriva centralista del Estado.

En cuanto a la primera vertiente, el documento recuerda las posibilidades ofrecidas por el Concierto Económico. Desde una perspectiva cultural, plantea el fortalecimiento de la personalidad vasca, con el euskera como punto fuerte que diferencia al territorio en Europa. En lo concerniente a lo social, destacarían las políticas públicas para la garantía del bienestar. Desde el punto de vista político, el PNV lo deja claro: "Euskadi es una realidad política, un sujeto de legitimación política, con un nivel de autogobierno y un proceso avanzado de desarrollo institucional con personalidad propia y con autonomía. Ados busca ahora el desarrollo de esta realidad nacional desde una perspectiva propia".

Cuatro campos que han sido objeto de una lectura más restrictiva desde Gasteiz en la presente legislatura. En este sentido, el Gobierno de López, en lo que respecta al idioma vasco, ha sumado la falta de asistencia de la consejera Isabel Celaá al primer Ibiladia tras su llegada al cargo -para acudir a la Fiesta de la Rosa de su partido- a las escasas y encorsetadas palabras del lehendakari en euskera, y a la propuesta de reducción de la valoración del idioma en las ofertas públicas de empleo. En cuanto al ámbito económico, figura la inasistencia de López durante el blindaje del Concierto Económico en el Congreso -para acudir a una boda gitana de cuatro días en Cádiz-.

Sobre el autogobierno político, el Ejecutivo ha optado por primera vez en la historia de la democracia por acudir al desfile militar español del Día de la Hispanidad, por abrir el frente de los símbolos -con los cambios en los uniformes de la Ertzain-tza o en el mapa del tiempo- y por negociar a la baja la transferencia en políticas activas de empleo, cifrándola en cien millones de euros menos que los anteriores gabinetes. La perspectiva social, por su parte, ha sido objeto de la estocada del plan de ajuste de Zapatero, aun a costa del sacrificio de buena parte de su ADN.

LOS OBSTÁCULOS De ser avalada la propuesta jeltzale por la mayoría parlamentaria en 2013, su siguiente parada llegaría de la mano del viaje a Madrid, para reclamar un acuerdo al Estado español que supusiera un salto en el autogobierno. La iniciativa, que también será tratada en una mesa de agentes políticos, plantea superar viejas barreras que habrían dificultado el avance, y que radicarían en la falta de comunicación y el "enfrentamiento permanente" entre las formaciones, según se destaca en el documento. Una situación que habría generado una "enorme desconfianza" por la falta de consenso sobre la "dimensión ética en relación a los comportamientos de defensa de los proyectos políticos".

En el capítulo de aspectos que perjudicarían la convivencia, el documento sitúa también a ETA. "Ha destruido mucho. No ha construido nada (...). La sociedad vasca exige a todos los actores políticos una desvinculación clara y absoluta de la violencia y el terrorismo, un compromiso nítido con las vías exclusivamente políticas y democráticas", zanja el texto.