viernes, 12 de noviembre de 2010

ORIGENES DEL NACIONALISMO:

4HIPOTESIS POLÍTICAS

Cuando el Padre Larramendi se pregunta por qué “la Nacion Bascongada no podía ser independiente de las demás” era consciente de que estaba planteando una hipótesis nada aceptable para la mentalidad de la monarquía borbónica. Su planteamiento ha sido objeto de análisis y comentarios de los historiadores de mayor renombre, de diversas ideologías. Era consciente de que pudiera haber “lectores escrupulosos” que tildaran sus análisis de “sacudidas, muy libres y desahogadas”, y les solicita que “suspendan sus juicios” hasta que acaben de leer la obra completa.

Siguiendo su consejo, he iniciado la lectura del prólogo de su obra, por aquello de leer al prio autor y no fiarme de “dice que dice”. Me ha resultado interesantísimo. Por su profundidad y por su libertad de pensamiento. Se posiciona abiertamente contra “las burlas y chanzas que oye contra su lengua y contra sus fueros” y contra las autoridades gubernamentales que “nos van quitando poco a poco nuestros fueros, exenciones y toda nuestra libertad”. En el mismo tono usa términos como “enemigos de nuestro país” y critica a los vascos que carecen del “amor a la patria y prefieren la menor utilidad particular a toda honra y el bien universal de los pueblos”.

Más aún: respecto a los que interpretan el término “fuero” como privilegio, dice que “los ignorantes que me hablan así, no saben lo que es fuero, ni lo que es un privilegio, exención y franqueza”.

Y tras estos comentarios críticos, plantea cuatro hipótesis de actuación política: 1) la del protectorado británico, pero no le convence por las “lejanía de las islas, por la llegada a Gipzkoa de demasiados comerciantes y militares ingleses y por el riesgo de las conversión de los guipuzcoanos en ingleses de religión”; 2) la del protectorado francés, pero tampoco le agrada, posiblemente por su actitud antiborbónica y antijansenista; 3) la del Estado independiente de las Provincias Unidas del Pirineo, pero reconoce que “somos pocos imposible resistir” la fuerza de los “Reyes y Reinos vecinos”. Y 4) plantea el pactismo con Castilla, con aquella llamativa frase de “A Castilla, guipuzcoanos, a Castilla”.
De acuerdo con la concepción del profesor Sádaba de que el nacionalismo es un movimiento progresista, incluso revolucionario, con orígenes en el siglo XVIII, otro tanto podríamos afirmar de las teorías políticas de Larramendi, considerado por algunos historiadores como el protonacionalista.
Josu Legarreta