miércoles, 15 de abril de 2009

Sabino de Arana y Goiri




Sabino de Arana y Goiri nació el 26 de Enero de 1865 en la anteiglesia de Abando, posteriormente incorporada a Bilbao, en el seno de una familia comprometida con el carlismo y que por su participación en la rebelión tuvo que refugiarse al otro lado de la muga, entre 1873 y 1876.
Los tiempos que le tocó vivir a Sabino Arana en su juventud fueron convulsos y dramáticos para la sociedad vasca. La derrota militar que consumó la abolición foral así como la industrialización y el proceso de aculturación, provocaron una crisis que sumió al País en un profundo abatimiento.
En este contexto, Sabino Arana, utilizando un lenguaje radical y contundente trató de despertar las adormecidas conciencias de los vascos.
No eran tiempos para lo políticamente correcto, sino para una sacudida intelectual que estimulara a una Nación agonizante. A comienzos del siglo XX, Sabino Arana vaticinaba, respecto a la supervivencia de su Pueblo: 'cuando me pongo a pensar, comprendo claramente que esto se va, se va antes de que termine el siglo que acaba de empezar'.
Sabino Arana ideó los símbolos nacionales de los que toda Nación se dotaba en el período del resurgimiento de los nacionalismos en Europa. La noción de Euzkadi, la composición del himno y el diseño de una bandera propia conferían la dimensión nacional requerida.
En el terreno cultural fue uno de los grandes promotores del renacimiento cultural vasco al revelarse como un combatiente activo a favor del euskera, lengua que aprendió en su juventud. Estableció los primeros pilares para la unificación del idioma, formalizó el primer santoral vasco, creó numerosos nombres como Iñaki, Jon o Edurne y, en definitiva, trató de instaurar una terminología cultural y científica acorde a los nuevos conceptos, desde las propias raíces del euskera.
Tras la fundación de EAJ-PNV en 1895, resultó elegido diputado provincial de Bizkaia en 1898, en una Institución desprovista de poder real ya que las Diputaciones forales fueron suprimidas en 1876, en el transcurso de una campaña en la que denunció el caciquismo y la compra de los votos. Como electo les espetó: 'sois más que yo, pero todos vuestros votos son comprados y los míos legítimos'. En su actividad política en la Diputación, en un medio hostil porque sus representantes estaban avalados y sometidos a los poderes económicos ligados a la Corte, Sabino Arana denunció los abusos, el despilfarro y la adulación al poder de Madrid.
La entrada a una Diputación sometida al régimen común, no fue la única prueba de pragmatismo que Sabino practicó. Ante la imposibilidad de lograr todavía un escaño en Madrid, el acuerdo suscrito con un candidato fuerista al Parlamento español en el que éste se comprometía a la defensa del euskera, de la unificación administrativa de los cuatro territorios peninsulares y de la conquista de derechos para los trabajadores es un ejemplo palpable del pragmatismo que inspiraba su acción política.
Dos rasgos en el ámbito de la política internacional retratan la personalidad de Sabino Arana.
En la primera guerra importante del siglo XX, anglo-boer, que enfrento en Sudáfrica a los primeros colonizadores holandeses e ingleses, y que dividió a Europa a favor de unos u otros, Sabino Arana dijo: 'allí no tienen nada que decir ni los holandeses ni los ingleses, sino los zulúes, que son los auténticos dueños originarios de aquella tierra'.
Poco más de un año antes de su muerte, Sabino Arana felicita, mediante telegrama, al Presidente de los EEUU por haber otorgado la independencia a Cuba. La condición de cargo electo no le libra, tampoco en esta ocasión, de la cárcel y del posterior refugio en la Euzkadi Continental.
La represión sistemática dirigida por las autoridades españolas contra el movimiento fundado por Sabino Arana le provocaron multas, suspensiones, clausuras, encarcelamientos y destierros que le hicieron replantearse, en sus últimos meses de vida, la viabilidad del PNV como instrumento apropiado de acción política.

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