lunes, 18 de enero de 2010

Intervención de Andoni Ortuzar

18/01/2010

Andoni Ortuzar

"ATZOKOAN FINKATUZ GAUR BIHARKOA BULTZATU"

Egunon denori eta mila esker zuen gonbidapenagatik.

Atzokoan finkatuz, gaur biharkoa bultzatu. Hau da Sabino Arana Fundazioaren lema. Eta egokia iruditu zait gaurko hitzaldia aurkezteko.

Buenos días a todos y mil gracias por su invitación.

Impulsar el mañana desde el presente, asentados sobre el ayer.

Ayer, hoy y mañana. Me ha parecido una buena formulación para articular esta presentación.

Atzokoan finkatuz.

Comenzamos por el pasado. Pero tranquilidad, no me voy a retrotraer a los 115 años de historia del Partido Nacionalista Vasco. Me voy a situar en el 2008 nada más. Desde el mes de enero de ese año presido el BBB del PNV.

Voy a ubicarles en el momento. A comienzos de 2008 nos encontrábamos a las puertas de unas Elecciones Generales, que finalmente tuvieron lugar en el mes de marzo.

Ya se comenzaba a intuir la llegada de una crisis económica y recordarán que era el momento de los "eufemismos" para referirse a la misma. Se hablaba de "desaceleración". Nadie pensaba, nosotros tampoco, que la crisis iba a tener la magnitud que alcanzó, y la que todavía hoy mantiene.

Los resultados de las Elecciones Generales de 2008 no fueron buenos para nosotros. Llegamos en enero y en marzo perdimos por primera vez unas elecciones en Bizkaia.

Mal comienzo.

En el conjunto de Euskadi, perdimos un diputado. Aunque las "paradojas de la política" hacen que nuestros votos sean más decisivos en esta legislatura con 6 que en la anterior con 7. Pero en cualquier caso, como digo, los resultados no fueron buenos para nosotros.

Como ustedes comprenderán, los partidos políticos evitamos hacer "ostentación pública" de nuestros procesos de autocrítica. Ya tenemos suficiente con la "autocrítica" que se nos hace desde fuera.

Pero, por "nuestros hechos se nos conocerá", y está claro que aquel resultado dio lugar a una profunda reflexión, de la que surgió la necesidad y la voluntad de emprender un proceso de actualización de nuestro partido.

Recuerdo la frase con que lo emprendimos: "hacer de la necesidad... innovación". Esto es, la voluntad de innovar, de actualizarnos, para responder a una situación que resultaba adversa para nosotros.

¿Cuáles eran las claves de este proceso de actualización?

Somos un partido atípico. Aunque ya no "se estile", somos un partido "asambleario" de verdad, en el que las bases aprueban y desaprueban, toman las decisiones. Eso está muy bien, pero nos hace ser lentos, nuestros procesos son largos y nos hace vulnerables a la interferencia de los medios de comunicación y también de los otros partidos. Además, practicamos la bicefalia político-institucional, y mantenemos una estricta normativa de incompatibilidades, sana y democrática práctica pero que multiplica por dos las necesidades de cuadros.

No somos ni de derechas ni de izquierdas, pero tampoco puede decirse que seamos de centro, pues realmente acogemos sensibilidades sociales muy diversas en nuestro seno. Nos gusta decir que ocupamos la centralidad social.

Somos amigos del pacto, en toda nuestra historia y también en la actualidad, con una mentalidad y una praxis abierta al pacto con los diferentes, eso de lo que tanto habla pero tan poco practica Patxi López, por cierto. En Euskadi no hay nadie con quien no hayamos pactado.

Podemos concluir diciendo que somos un "partido en la sociedad" y también que toda la "sociedad tiene cabida en nuestro partido".

Esta radiografía interna, realmente compleja, unida a 30 años de presencia en el poder y de gestión diaria de las instituciones, nos había conducido a lo que en construcción se llama "fatiga de materiales". Y la grieta que hizo visible esa fatiga se nos abrió aquel 9 de marzo de 2008.

Desde una mirada externa, desde la óptica de la sociedad, nuestra constatación era evidente: nuestro partido no había cambiado, pero la sociedad si, y a gran velocidad.

Como idea central les diré que fuimos conscientes de una "sociedad escindida". Vivimos en una Euskadi divida en dos realidades en relación a la política. Y aunque les pueda resultar paradójico, la principal variable explicativa de esta "escisión" no es el eje "nacionalismo español-nacionalismo vasco" o el tradicional "derecha-izquierda". La variable que mejor explica hoy la relación de la sociedad con la política es la edad.

Estamos por una parte los mayores de 40-45 años. Una población políticamente fiel, que mantiene unos "anhelos colectivos" muy politizados y que conservan cierta "épica romántica" en su relación con la vida política. En términos "televisivos" son lo que podemos denominar la "audiencia cautiva".

Y tenemos, por otro lado, a los menores de 40 años, cuanto mas jóvenes más desideologizados, muy centrados en sus problemas individuales. En su relación con la política son votantes "volubles". Siguiendo con la terminología televisiva, ésta sería la "generación zapping".

En el PNV fuimos conscientes de que estábamos "desposicionados" en relación a esta generación, a los jóvenes. Con lo que esto supone en la vida presente, así como en la orientación y expectativas de futuro.

No parecíamos estar centrados en las demandas más acuciantes de la juventud: vivienda, bienestar económico, seguridad, ocio. En honor a la verdad es justo reconocer que, objetivamente, gestionábamos bien la respuesta a estas necesidades. Pero se nos ubicaba, y nos dejábamos ubicar, únicamente en el ámbito de la "política pura", en el terreno de los grandes conceptos, el "monotema" de la violencia y la normalización política. Todo siempre desde una visión muy urgente, muy trascendente, muy dramática.

Además, los jóvenes nos vinculaban al poder desde que ellos llevaban pañales. Esta visión unida a la "atracción del cambio" nos ponía en una delicada posición. Teníamos que responder y respondimos.

Nuestra respuesta partió de la "necesidad", de una necesidad acuciante. He hablado antes de innovación y de actualización. Recuerdo cómo formulamos nuestra idea, como el tránsito de "las cosas de la política" a "la política de las cosas".

Necesitábamos un cambio y lo abordamos.

Lo denominamos "Think Gaur Euskadi 2020".

Think simboliza la reflexión y la apertura, enfocada desde una dimensión global.

Gaur simboliza los "pies en la tierra", la puesta en valor de lo realizado, la visión propia y cercana.

Y 2020 simboliza la respuesta a una nueva generación, la reflexión que huye del "cortoplacismo electoral". La apuesta por una transformación profunda pero gradual.

Think Gaur Euskadi 2020 fue un proceso de reflexión y debate abierto. Nos permitió repensar el partido, reposicionarnos en relación a la sociedad de hoy, y elaborar un nuevo contrato social con la ciudadanía. ¿Les suena no?. Nosotros hablábamos ya de esto hace dos años.

Este proceso tuvo efectos "saludables" para nosotros, tanto interna como externamente.

Cuando lo iniciamos, partíamos de unos resultados y unas expectativas poco halagüeñas. Y cuando lo culminamos, un año después, y nos presentamos a las Elecciones Autonómicas de marzo 2009, obtuvimos el respaldo de la sociedad, ganamos holgadamente además las elecciones del 1de marzo.

Nosotros ganamos, pero paradojas de la política y de la Ley de Partidos, el Partido Socialista y el Partido Popular anunciaron su pacto y un nuevo Gobierno. Y lo hicieron la misma noche del 1 de marzo. No hubo otra opción, aunque la intentamos.

Gaur. El presente

Con este pacto llegamos al presente.

Para analizarlo, voy a remitirme a las cuatro claves que definen el nuevo panorama político vasco a partir de la cita electoral del 1 de marzo, incluyendo también la relación con la situación política en Madrid.

En primer lugar, la radiografía del nuevo Gobierno Vasco.
Es un Gobierno sustentado por 25 parlamentarios sobre 75. Es un Gobierno débil, inadaptado, con ribetes revanchistas y que sigue con los tics de oposición a pesar de estar en el poder. Es un Gobierno que se dedica a hacer de oposición, curioso!.

Es además un Gobierno condicionado por el PP, que aporta los 13 parlamentarios que garantizan la mayoría absoluta parlamentaria.

Hay un dato que no me resisto a ofrecer, estos dos partidos obtuvieron sólo el 40% de los votos emitidos en Euskadi (el 44.8% de los válidos). No representan por tanto a la mayoría social.

El partido socialista y el popular han hecho una excepción en Euskadi para olvidar sus diferencias y llegar a un acuerdo. Pero esas diferencias surgen y resurgen, porque en realidad no hay nada que les una salvo la posición frente al terrorismo, pero en eso todos estamos unidos. Estoy hablando de la política del día a día, en la que como vemos a diario, el modelo socialista y el popular son radicalmente opuestos.

Hay una constatación que habla por sí misma: el Gobierno Vasco no cuenta con un programa de Gobierno. Y tampoco con un programa político.

La sociedad vasca ha sido clara en su valoración de este Gobierno: el 71% de los ciudadanos desconfía del Gobierno, y el 65% no está de acuerdo con el pacto que lo sustenta.

Y el Gobierno ha sido también claro en su interpretación de esta realidad. Afirma que tiene un "problema de comunicación". Es el ejemplo más aproximado que conozco a la "política del avestruz". Al final la culpa siempre la tienen, la tenemos, los periodistas. Es mas fácil que hacer un mínimo análisis de la capacidad y la idoneidad de las personas y de las políticas de este Gobierno y si son las que responden a las demandas sociales verdaderas.

La segunda clave del presente es la crisis económica.
Es sin duda la clave principal.

La situación es más grave de lo imaginado hace un año. Ha tenido y va a seguir teniendo repercusiones sobre el empleo. De hecho las tasas de paro han alcanzado a 128.000 personas en la CAV, cifras no conocidas desde hace 15 años, y nos acercamos a los 4 millones de parados en el Estado.

La crisis es la principal preocupación de los ciudadanos pero, aunque parezca paradójico, seguimos sin conocer una estrategia económica de alcance ni en el Gobierno central agotado, ni en el Gobierno vasco descentrado. (No lo digo sólo yo, lo dice también su "socio preferido", el PP).

La tercera clave es la situación política en el Estado.
La podemos calificar, cuando menos, como preocupante.

Los dos grandes partidos, el PSOE y el PP, afrontan graves problemas, problemas que se agravan por su enfrentamiento permanente.

El PSOE no acaba de encontrar un rumbo propio y eficaz para afrontar la crisis económica. Zapatero se vio en la necesidad de remodelar su Gobierno poco más de un año después de nombrarlo, y el cambio ya ha sido amortizado sin éxito.

El PP se ha encontrado con un acuciante problema de credibilidad, al verse afectado por diversos casos de corrupción que han lastrado sus oportunidades de oposición.

Ambos partidos se encuentran en una situación de debilidad. Ambos tratan de fortalecerse debilitando a su oponente, por lo que fortalecen su mutua debilidad.

La situación política en el Estado es una "convulsión permanente", incluso en los inicios de este semestre de presidencia europea.

Y la cuarta clave, es el problema del terrorismo.
Su persistencia, su amenaza permanente. Es nuestra tragedia nacional.

Tenemos una ETA con baja actividad pero que sigue ahí, y una izquierda abertzale a la que sólo le queda el crédito del desmarque absoluto de la violencia.

No quiero especular sobre este tema, pero es evidente que el Gobierno central y su ministro Rubalcaba han dado un giro copernicano en esta materia. Hace menos de tres años se sumaron a la búsqueda y la práctica de una solución política dialogada y negociada. Y ahora que se produce un profundo debate en el seno de la izquierda abertzale con planteamientos "posibilistas" defendidos por Otegi y Diez Usabiaga, se les detiene y encarcela.

Nos encontramos ante una nueva paradoja. Por una parte se propugna la utilización de las vías exclusivamente políticas y democráticas, pero a su vez se encarcela a quienes las están defendiendo. Es difícil de entender.

En paralelo, la izquierda abertzale radical sigue en su eterno proceso de debate, mirando de reojo a lo que diga y, sobre todo, haga ETA.

Esta es por tanto nuestra visión del panorama político presente. Dos Gobiernos débiles, en Euskadi y en el Estado, sin impulso político ni ideas para afrontar la grave situación de crisis económica que padecemos. Dos Gobiernos haciendo el "tancredo" que contemplan el crecimiento del desempleo sin adoptar medidas que traten, y menos logren, revertirlo.

Y ante esta situación ¿cuál ha sido nuestro papel? ¿Qué hemos hecho? ¿Por qué hechos se nos reconocerá?

Nosotros hemos defendido y practicado en 2009 una línea de actuación que se resume en una palabra: estabilidad.

Nuestro objetivo ha sido puramente de sentido común: responder a la principal preocupación de la sociedad, que es la crisis económica. Y lo hemos hecho desde todas las Instituciones, propiciando el máximo consenso posible en la aprobación presupuestaria del Gobierno Vasco, las Diputaciones Forales y los Ayuntamientos.

En ocasiones se nos ha reprochado un interés "egoísta" por aprobar los presupuestos en las tres Diputaciones. No es así. Y además les aseguro que los tres Diputados Generales se hubieran encontrado mucho más cómodos y desahogados pudiendo haber prorrogado el presupuesto del pasado año para el presente, en lugar de aprobar uno nuevo más restrictivo.

Nuestra máxima ha sido la estabilidad. Esto significa aunar esfuerzos, inversiones y actuaciones para hacer frente a una crisis económica muy grave, que afecta especialmente al empleo.

Nuestro norte ha sido mantener las inversiones estratégicas, garantizar las políticas sociales, defender la certidumbre fiscal y controlar la tendencia al endeudamiento. Si repasan estos cuatro ámbitos: inversión pública, política social, impuestos y deuda, comprobarán que la posición política del PSE y el PP ante los mismos es radicalmente distinta. Nuestra apuesta por la estabilidad era, por tanto, necesaria.

Fruto de esta propuesta se nos planteó la oportunidad adicional de negociar los Presupuestos Generales del Estado. Un acuerdo no buscado en el origen de nuestra propuesta de estabilidad, pero bienvenido por las dos partes a tenor de los resultados conseguidos.

Como he dicho con anterioridad, nuestra capacidad de influencia en las Cortes es ahora mayor que en la anterior legislatura. Y la hemos aprovechado para responder al objetivo que siempre hemos mantenido y vamos a mantener: defender los intereses de Euskadi. No somos ambiguos, somos claros y transparentes.

Así, hemos defendido los intereses de Euskadi con el fuero y con el huevo.

Hemos defendido el fuero con la regularización jurídica o "blindaje" del Concierto Económico, que va a resultar un acuerdo histórico para el autogobierno vasco. Como resultará también histórica la imagen de los tres diputados vascos del PP votando en Madrid en contra del Concierto Económico. Yo me pregunto qué intereses defienden con ese voto negativo.

Hemos defendido también el fuero con el "pacto de transparencia" en la transferencia de las políticas activas de empleo. Hace más de 20 fui testigo directo en la negociación de esta transferencia. El Gobierno Ardanza y el Gobierno González intercambiaron documentos, informes y estudios técnicos para tratar de alcanzar un acuerdo. Sabemos que es una materia compleja. Por eso cuando nos dijeron a bombo y platillo en setiembre que estaría lista antes del 1 de enero nos extraño. Máxime cuando no conocíamos ni conocemos hoy, los documentos de base para el acuerdo de esta trasferencia que hoy se manejan entre Gasteiz y Madrid. Por eso no era creíble que pudiera haberse producido el pasado día 1 de enero. Y en cualquier caso, persiste una discrepancia económica de fondo, sobre la que demandamos transparencia. El anterior Gobierno valoró la materia en más de 450 millones, y el actual la cifra en 300. Ésta es una cuestión central a dilucidar, porque aquí nos estamos jugando el ser o no ser del acuerdo estatutario, su espíritu y su letra.......y también sus números.

Decía que en el acuerdo sobre los Presupuestos Generales, hemos defendido el fuero y también el huevo.

Hemos defendiendo el huevo con el cobro de la deuda del IVA con la Diputación alavesa, que supone 467 millones de euros para las arcas vascas. Un cobro por el que el actual Gobierno vasco socialista no había movido un dedo ante el Gobierno central socialista. Y eso que la Junta arbitral del Concierto había dado la razón a la Diputación de Araba.

Y siguiendo con el huevo, de forma adicional hemos logrado más de 85 millones de euros para proyectos de innovación e investigación en Euskadi. Proyectos que se ponen en marcha durante el presente ejercicio 2010.

El balance que hacemos es satisfactorio. Hemos hecho efectiva nuestra presencia, hemos defendido los intereses de Euskadi y hemos logrado consolidar el autogobierno vasco. Y todo ello desde la oposición. Quienes pensaban que el PNV se iba a instalar en el monte o los que creían que perdiendo la poltrona nos íbamos a deshacer como un azucarillo, se equivocaban.

Biharkoa bultzatu. El mañana. El futuro.

¿Y cómo vemos el futuro?

Vemos el futuro desde la centralidad y entre dos "polos", el norte y el sur.

El "polo norte" es el "polo soberanista", en permanente construcción y deconstrucción. Es un polo sin capacidad política real en tanto en cuanto se mantenga la amenaza de ETA. Y es además un polo de izquierda radical, con planteamientos socio-económicos trasnochados que no compartimos en absoluto. El socialismo que defiende es un modelo fracasado y sus referentes ni son los nuestros, ni los compartimos.

El "polo sur" es el "polo constitucionalista", la unión de los contrarios unidos por la oportunidad de acceder al poder. Podemos decir que está también en permanente construcción y deconstrucción, porque en realidad no presenta un programa de Gobierno y un programa político que le comprometa.

Y entre estos dos polos nos situamos nosotros.

Quizá recuerden la canción: "...ezker, eskubi, bion artean dago zubi".

Estamos en la centralidad, tenemos vocación de puente. He dicho que nos gusta pactar y esa es nuestra ambición, la unión de las dos orillas en un proyecto común.

El PNV es en primer lugar un partido de obediencia vasca.

Un partido demócrata y abertzale, sin más etiquetas. Nuestro leit motiv es la defensa de los intereses de Euskadi.

Tenemos un proyecto de país que se sustenta en las instituciones propias del autogobierno.

Defendemos la identidad nacional vasca, un país con un bilingüismo real. Propugnamos unas relaciones constructivas de todo el "territorio del euskera" (o "Euskal Herria"), así como una presencia propia y directa en Europa y en el mundo.

EAJ-PNV es un partido abertzale con una tradición pactista. Y desde nuestra posición, desde el puente, desde la centralidad, vamos a tratar de atraer a los dos "polos".

Hace 30 años aprobamos el Estatuto de Gernika, un acuerdo entre vascos y un pacto con el Estado. Hoy, 30 años después, tenemos mas de treinta competencias no transferidas según consta en resolución unánime aprobada por el Parlamento Vasco. Y durante estos 30 años además se han ido aprobando y tejiendo una serie de leyes de bases que socavan nuestras propias competencias, que socavan el espíritu y el sentido histórico del pacto estatutario.

Ante esta paralización jurídico-política, el año 2003 el Gobierno Vasco remitió al Parlamento Vasco la propuesta de un Nuevo Estatuto Político para Euskadi. Fue tramitado por el procedimiento de reforma estatutaria, se aprobó en el Parlamento Vasco y se envió a las Cortes Generales, donde ni siquiera fue admitido a trámite, tal y como era preceptivo.

Y hace tan sólo tres años, participamos en la elaboración de los acuerdos de Loiola, una vía para la normalización política de Euskadi que había sido iniciada sin nuestra participación, pero a la que nos sumamos con lealtad, aun cuando sabíamos que era una invitación interesada pues ambos contertulios se sabían ya en un callejón sin salida.

Lo hemos intentado y lo vamos a volver a intentar. Nuestra convicción es firme. Somos un partido político y vamos a seguir haciendo propuestas políticas.

¿Sobre qué bases?

Sobre las bases que establece el intelectual francés Jacques Duranton para las responsabilidades políticas y de gobierno: atender las demandas ciudadanas, gestionar el patrimonio común y conducir al país hacia el futuro.

Queremos ofrecer y vamos a ofrecer certidumbre, en unos momentos en los que desde La Moncloa y desde Ajuria Enea se proyecta parálisis.

Queremos ejercer y vamos a ejercer el liderazgo que nos pide una mayoría social y política que no entiende ni le gusta lo que ha pasado en nuestro País desde el 1 de marzo. Un liderazgo con iniciativa.

Queremos tender y vamos a tender nuestra mano para crear un clima en el que sea posible alumbrar acuerdos políticos que traigan la paz y propicien que la ciudadanía vasca decida su futuro.

Certidumbre, liderazgo con iniciativa y mano tendida al diálogo con todos. En definitiva, un nuevo impulso político. Porque como escribió Galbraith, "si no piensas en el porvenir, no lo tendrás". Pensemos y apostemos por el porvenir. Euskadi necesita una salida, una salida superadora e integradora. Buscar y encontrar esa salida es nuestro compromiso como partido político.

EAJ ha sido, en su centenaria historia, el partido fundamental de la sociedad vasca, no lo digo desde la prepotencia, sino desde el sentido de la responsabilidad. Hemos sido, parafraseando a los norteamericanos, el founding party. Queremos seguir siéndolo. Debemos proyectar ese legado de ideales, responsabilidad y perseverancia hacia el futuro. Los desafíos del presente y del futuro no son menores, son sencillamente diferentes. Con nuestro bagaje podemos darles respuesta: seamos optimistas.