lunes, 23 de noviembre de 2009

CAE LA CONFIANZA EN EL EJECUTIVO VASCO EN 20 PUNTOS

Veinte razones para veinte puntos
La gestión de López no convence a la CAV. Así lo atestigua el Sociómetro, que habla de una caída de 20 puntos en la confianza en el Ejecutivo. Su razón de ser, las políticas u omisiones larvadas desde su llegada a Gasteiz; una situación que suma actuaciones día a día.


Míriam Vázquez


Cuando se hizo el sondeo, no había habido tiempo suficiente para valorar lo que estaba significando este Gobierno. Ahora, cuando se empieza a ver qué quiere hacer este Gobierno, habría otros datos". De esa forma quitaba hierro Patxi López a los demoledores datos del Euskobarómetro, que cifraban en un 65% a los ciudadanos que desconfiaban de su Ejecutivo. El tiempo ha transcurrido y, lejos de convencer a la ciudadanía de las bondades de su Ejecutivo, ha reafirmado la oposición de la mayoría hacia el equipo socialista. La pasada semana concluía con los resultados del Sociómetro elaborado por el Gabinete de Prospección Sociológica de Lehendakaritza entre marzo y finales de septiembre, y sus resultados volvían a arrojar números desalentadores para el gabinete del PSE: la satisfacción de los ciudadanos de la CAV con el Ejecutivo se ha desplomado 20 puntos hasta alcanzar los niveles más bajos de los últimos 15 años. Las posibles razones del descenso podrían encontrarse en las criticadas actuaciones del Gobierno de López, que comenzaron a larvarse durante el lapso de la encuesta y que han sumado medidas en las últimas semanas. Todas ellas, las pasadas y las más recientes, que refuerzan esa caída, constituyen 20 razones para 20 puntos.

Pacta con el PP tras negarlo

López negó en campaña su intención de reeditar el frentismo, para erigirse después en lehendakari con los votos del PP, a pesar de que el PNV fuera el partido más votado -con una diferencia de 80.000 sufragios-. Unos factores que podrían suponer un lastre en materia de credibilidad para el Ejecutivo, y a los que se unen la Ley de Partidos -que ha sido esgrimida como crítica hacia el Ejecutivo en más de una ocasión-, o las quejas vertidas desde el propio socialismo -con voces discordantes contra el pacto, como la del alcalde donostiarra Odón Elorza que, además, fueron gestionadas sin paños calientes por parte de un PP que reclamaba acallarlas-. La ciudadanía, por su parte y según el Euskobarómetro, rechazaba por mayoría el pacto -en un 61%-.

Carece de programa

Seis meses después de llegar a Ajuria Enea, López no ha presentado su programa de Gobierno, pese a que la Ley del Gobierno así obliga en su artículo 8º. Remite a documentos contradictorios entre sí como el programa electoral del PSE y el acuerdo suscrito con el PP, acrecentando la incertidumbre sobre las medidas que planea desplegar. Una situación a la que se suman las críticas de la oposición sobre su "inacción", y que encontró como respuesta la iniciativa del PNV para afrontar la crisis con urgencia de la mano del acuerdo de estabilidad institucional y presupuestaria ante la falta de medidas del PSE. Unas medidas que llegarían de la mano del plan +Euskadi 09 que, por otra parte, plagiaba en gran parte del acuerdo de aceleración económica suscrito por el anterior Ejecutivo con las Diputaciones.

Desaprueban su gestión

Las críticas ante un pacto "sin contenido" se agravaron teniendo en cuenta las declaraciones de los socialistas, que reconocían la excepcionalidad del entendimiento PP-PSE en la CAV, y el desacuerdo entre ambos partidos en materia económica: incluso los socios preferentes de López suspenden su gestión financiera. Por lo pronto, el único nexo de unión estable entre ambos es su postura en la lucha contra ETA. Basagoiti llegó a alabar, en contraposición, las cuentas del tripartito.

Endeuda a la CAV

El Ejecutivo de López ha anunciado un endeudamiento de 1.914 millones -margen de maniobra que le conceden las cuentas saneadas del Gobierno de Ibarretxe-, además de que postuló en un principio la posibilidad de dejar abierta la deuda para echar mano de ella cuando hubiera que obtener recursos. PNV y PP se opusieron a esa cláusula, de modo que el socialismo se vio obligado a eliminarla.

Aparca proyectos clave

El Gobierno vasco presentó sus presupuestos para 2010 asegurando que se ralentizarían "un poquito" las obras del TAV y cifró la partida destinada a la infraestructura en 225 millones, frente a los 517 presupuestados para este ejercicio por el tripartito. Por otra parte, el plan anticrisis +Euskadi 09 vio la luz dejándose en el tintero 14 proyectos del Acuerdo Interinstitucional de Dinamización de la Inversión Pública para la Aceleración Económica y el Empleo del Gobierno de Ibarretxe -entre ellos, la ampliación del museo Guggenheim, el tranvía a Rekalde y el metro a Galdakao-.

Deja coja la innovación

Tras la disputada transferencia en I+D+i lograda por los jeltzales en virtud del acuerdo presupuestario con el PSOE del pasado año -y después de que la ministra Garmendia se opusiera, arguyendo que la competencia no era buena para Euskadi-, López presupuesta para innovación un 8,54% menos que en las cuentas de 2009. A ello se une la marcha por razones "personales y familiares" del presidente de Innobasque Pedro Luis Uriarte. López había asegurado, sin embargo, que su equipo estaba "especialmente concienciado" con esa materia.

Retrasa la acción contra el paro

El Ejecutivo de Gasteiz anunció hace más de dos meses como una de sus propuestas estelares la subvención de 63 millones al objeto de crear 7.000 empleos. Una medida que llegará con notable retraso el martes, después de que el paro en la CAV haya subido hasta el 11,5%

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Se enzarza por los impuestos

PP y PSE pusieron una piedra más en el muro de sus diferencias -al margen de su connivencia para desalojar al PNV- con sus posturas encontradas en materia de impuestos: el socialismo insinuó subirlos, mientras Basagoiti aseguraba que el PP "no va a tragar" con un incremento de las cargas. Finalmente, fue en el encuentro de las Diputaciones jeltzales con los representantes de Gasteiz -en el marco del acuerdo por la estabilidad- donde se fijaron directrices, como la eliminación de la deducción de los 400 euros a las rentas más altas.

Rehúye el debate competencial

En su reunión con el ministro de Política Territorial Manuel Chaves, López no abordó la petición de devolver los 456 millones en materia de IVA a Araba por los vehículos importados -cuantía clave en tiempos de crisis para implantar políticas sociales, y que tuvo que ser reclamada por el PNV en el marco de las negociaciones presupuestarias con Madrid-, y acordó una transferencia en políticas activas de empleo cifrada en 300 millones, frente al cálculo de 400 millones estimado por el tripartito, además de que se ha retrasado su llegada a la CAV -se previó para el 1 de enero-. Por otra parte, el lehendakari rehuyó la pasada semana reclamar la transferencia de prisiones.

Celebra el Estatuto incumplido

El 25 de octubre, sólo PSE, PP y UPyD secundaron la conmemoración de un Estatuto incumplido en lo que a las 36 transferencias pendientes se refiere. Si López aprovechaba el festejo -que, según los expertos, rondaría el coste real de 500.000 euros- para abrir la puerta a una reforma, las presiones del PP acababan enterrando nuevamente la propuesta, como ya lo hicieran al rubricar la entente constitucionalista.

López se ausenta de los actos

El lehendakari ha sido criticado las últimas jornadas por haber tardado 20 días en recibir a los familiares de los secuestrados en el Alakrana y por no asistir a la concentración de apoyo -la consejera Pilar Unzalu llegó a tildar la iniciativa de "utilización del dolor de las víctimas"-, además de que no apareció tras el fin del secuestro "por enfermedad"; y por ausentarse de la negociación y votación del blindaje del Concierto Económico -se encontraba en una boda de cuatro días de duración en Cádiz ("un fiestón", según un asistente)-. En el período al que se circunscribe la encuesta, habría mostrado actitudes similares: condenó los atentados consecutivos contra la casa cuartel de Burgos y la Guardia Civil de Mallorca por medio de su blog personal y no acudió al escenario del primer atentado, donde fue sustituido por Isabel Celaá; no obstante, al atentado de Palmanova, en el que murieron dos agentes, sí acudió.

Interior se rodea de polémicas

El Gobierno vasco anunció su intención de crear una unidad antiterrorista en la Ertzaintza, que ya existía -los agentes Montxo Doral y Joseba Goikoetxea murieron a manos de ETA en los años noventa por trabajar en dicha unidad-, y tomó la decisión de relevar a 52 ertzainas escoltas por profesionales privados, a pesar de haber hecho bandera del papel de los agentes.

Emprende la guerra de carteles

Sin una jurisprudencia clara, el Gobierno se lanzó este verano en su cruzada contra carteles de presos de ETA y la izquierda abertzale oficial -llegando a prohibir marchas con lemas genéricos como la libertad de expresión- y presionó a los alcaldes de Ondarroa y Lekeitio, a los que pidió disculpas por carta tras haberles amenazado con emprender acciones penales o hacerles pagar la factura de la limpieza de pintadas si no las retiraban en 24 horas. La Er-tzaintza se situaba en el centro del debate a pesar de la discreción que había caracterizado a la labor de los agentes en anteriores legislaturas.

Registra dimisiones y ceses

Durante el período del sondeo, fue cesado el letrado mayor del Parlamento vasco Eduardo Mancisidor. Pero las actuaciones han continuado en esa senda. Cinco meses después de llegar a Ajuria Enea, el Gobierno se enfrentó a tres dimisiones en el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales de Gemma Zabaleta por incompatibilidades de criterio, además de que en EITB se ha producido el cese de tres editoras de informativos por el tratamiento otorgado a las detenciones en el seno de la izquierda abertzale oficial.

Olvida el euskera

La consejera Isabel Celaá aseguró que su objetivo pasaba por poner fin al "adoctrinamiento" en la enseñanza, al tiempo que instaba a tener en cuenta la "pluralidad de la sociedad vasca" y se ausentaba de celebraciones clave en apoyo al euskera como el Ibilaldia, o cuestionaba el papel primordial del idioma en la escuela. López, por su parte, aún no lo domina y ha rehusado, en otras ocasiones, a responder en euskera a preguntas de los periodistas por no soltarse con el idioma vasco.

Se centra en los símbolos

Las respuestas de López contra la crisis han resultado menos notorias públicamente que la modificación del mapa del tiempo de EiTB para diluir la presencia de Euskal Herria, el anuncio de que el ente público transmitirá el discurso navideño del monarca Juan Carlos I -respaldado por PP y PSE-, la presencia de las fuerzas de seguridad del Estado en su promesa del cargo o la asistencia de Rodolfo Ares al desfile militar del 12 de octubre.

Las fotos le pasan factura

El socialista ha posado para Vanity Fair -y, en campaña, saxofón en ristre en Rolling Stone- en una actitud que evoca ociosidad en tiempos de crisis -en el sillón de Ajuria Enea, escuchando música con la mirada perdida- y ha ofrecido una entrevista a 943 magazine en la que relata que, en su primer año en la carrera de Ingeniería, sólo logró aprobar Dibujo. Unas declaraciones que ponen la guinda a las críticas por su falta de experiencia laboral o incluso al frente de las instituciones, puesto que su labor se ha visto ligada en exclusiva al partido. Una imagen que no casaría con la necesidad de un gestor sentida por la ciudadanía -López acentúa más su faceta de amante de la música que de mandatario de un territorio-, en particular en tiempos de crisis.

No marca perfil ante el PSOE

El PSE, desde la misma noche en que dio comienzo la campaña electoral, trajo consigo a los líderes de Madrid -es el caso de la asistencia por partida doble del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero-, al mismo tiempo en que insistía en la independencia con respecto a Ferraz. Una afirmación que ha sumado puntos en contra a raíz de la apuesta que verbalizó el Gobierno vasco en sus primeras semanas de andadura y que pasaba por encomendarse a la gestión económica de Zapatero, ya que sería el Gobierno español el que podría sacar a Euskadi de la crisis, ante unas comunidades autónomas que no podrían hacerlo por sí mismas, según aseguraban. El último episodio remite a la votación del blindaje del Concierto remitida al Congreso y que el PSE trató de eludir -vistos los precedentes de voto negativo del PSOE sobre la cuestión- proponiendo que se reforzara la fiscalidad vasca en el Parlamento de Gasteiz, lo cual contradice los fueros, pero ahorraría el PSE el trago de presionar a sus hermanos mayores de Madrid para que votaran a favor de la norma. Finalmente, se votó en Madrid, y el PSOE dijo que sí, pero por haberlo pactado con el PNV en el marco de las negociación presupuestaria.

"Mutila" la política exterior

El Gobierno vasco ha expresado su intención de reorientar en clave exclusivamente económica la labor de las delegaciones vascas en el exterior, al mismo tiempo en que ha rechazado o postergado en el calendario las aperturas de sedes en Alemania, Londres, el Estado francés, Roma y Helsinki. Su razonamiento se basa en el mismo leit motiv que rige el grueso de sus políticas: acabar con el "adoctrinamiento" del PNV que, a juicio del Ejecutivo de Gasteiz, bebería de la promoción del euskera y la idea de Euskadi que difundía en el exterior el anterior gabinete.

El Gobierno se contradice

Si este medio publicaba que Interior buscaba relevar por profesionales privados a 52 ertzainas escoltas, Rodolfo Ares lo negaba y se veía, simultáneamente, desmentido por los hechos. Lo mismo sucedió al salir a la luz su intención de eliminar las ikurriñas con la E de Euskadi de los buzos de los agentes. Sobre el proyecto de San Mamés Barria, el Gobierno presidido por Patxi López anunció su intención de subvencionarlo, para diluir jornadas después ese anuncio -se desconoce cuál será su postura final- y supeditar su ayuda al uso público de la instalación. Pero las diferencias no se producen sólo entre las palabras y los hechos, sino que los propios consejeros del equipo socialista se han contradicho mutuamente: el responsable de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, reconoció que las obras del TAV iban a retrasarse, pero fue desautorizado por el consejero de Transportes Iñaki Arriola, quien aseguró que Aguirre "habló de números, que es de lo que sabe".