miércoles, 28 de octubre de 2009

España gobernando Euskadi

ESPAÑA GOBERNANDO EUSKADI
( El poder y los medios por José Ramón Blázquez; Deia 27.10.2009. )

A la gente le repugna la hipocresía y el cinismo, así que gestionemos con criterio la contradicción y la repulsa de la alianza patriótica
ABRE los ojos y mira la realidad de Euskadi sin veladuras: a López le sostienen conjunta y solidariamente el PP y los medios. Y fíjate que tan indispensables para su soporte son los trece escaños del partido de Rajoy en el Parlamento como el blindaje informativo que los poderosos grupos de comunicación otorgan al actual Gobierno vasco desde el primer día de su constitución y aún antes. Una cosa es que las empresas periodísticas presten su apoyo a una determinada línea ideológica en razón de una coincidente concepción de la sociedad y otra bien distinta es que se emprenda una sobreprotección mediática del Gobierno para respaldar la alteración de la legitimidad democrática y el quebranto de la voluntad de la mayoría de un pueblo con intención de reorientarla hacia un rumbo opuesto, de sometimiento y control de las aspiraciones públicas mediante la falsificación sistemática de los hechos y la dramatización de la experiencia política anterior. Date cuenta de que cuando el poder y la información, proyectos idealmente antagónicos, forman una alianza de intereses, la consecuencia es la asfixia de las libertades. Recuerda que así ocurría en la dictadura.
Mira atentamente cómo la consolidación del cambio político en Euskadi, entendido como un dogma, se basa en una doble presunción: que a la gente, metida de lleno en sus prioridades particulares y sus angustias, se le olvidan pronto los desafueros partidistas, siendo éstos tan abundantes y diversos; y cómo políticos e informadores están persuadidos de que la opinión pública la conforman ellos solos desde las tribunas y los micrófonos, porque los ciudadanos se limitan a acatar las consignas. En definitiva, que por la credulidad o despiste de la gente y la potencia de los altavoces es posible construir cualquier entelequia en tanto el poder y los medios se complementen.
Y en eso están, amigo mío, creyendo que la sociedad vasca no se entera de esta malversación de la realidad y que en poco tiempo lograrán obtener el afecto popular para López y reemplazar el liderazgo nacionalista. Ahí tienes a los grupos Vocento, Prisa y El Mundo, así como a la radiotelevisión pública vasca (¡qué doloroso desengaño!) y las demás corporaciones editoriales españolas, desde la Cope a Antena 3, en su papel de hacer creer a los ciudadanos que, haga lo que haga López, por encima de sus carencias y nimio liderazgo, el lehendakari personaliza la redención de los males de Euskadi y una feliz expectativa.
Mientras Basagoiti aporta en la aritmética parlamentaria lo que López precisa para alcanzar la mayoría, la alianza mediática aporta oxígeno público a la coalición PSE-PP para dar de ella una apariencia de prestigio y cercanía popular, una imagen que no posee. No se trata tanto de informar laudatoriamente como de apadrinar una idea de poder que representa una mística salvadora y que, por su alta misión de Estado, sobrepasa la brutal distancia entre la izquierda y la derecha hispana, una vulgar anécdota en comparación con la gloriosa estética que merece acompañar la insólita experiencia de España gobernando Euskadi, lo que no sucedía desde el franquismo. López no preside un gobierno, compréndelo: para ellos encarna una revolución (un movimiento) nacional y como tal, al igual que Obama, se le valora por lo que simboliza, de manera que sus errores, penurias y omisiones, aunque cuesten el retroceso democrático de Euskadi y su merma económica y social, no tienen importancia. A López no le han dado el Nobel de la Paz, pero le han concedido el premio de la prensa. De no toda a decir verdad.
Te habrás percatado de que lo primero que están haciendo los macropoderes mediáticos es envolver a López en una burbuja de cristal para salvarle del desgaste de la crisis y, por supuesto, residenciarle más allá de la atroz rivalidad con la que PSOE y PP se despedazan cada día en esa España fratricida que hace tregua aquí para actualizar su vieja hipocresía: Bibiana Aído y Rouco, Pajín y los del Gürtel, la Ser e Intereconomía, rojos y fachas se ponen de acuerdo en la encomienda épica de la españolización vasca. Por eso están ubicando al lehendakari en el limbo, a reserva de la erosión de gobierno, al tiempo que le planean reportajes extravagantes y buscan proyecciones que le otorguen el carisma y el gancho emocional que Dios no le dio. Blindado contra la crítica democrática, López no conseguirá el afecto y la cercanía de la mayoría social y, tristemente, se convertirá en un gobernante mimado y pretencioso.
Podrás observar que los medios afines al pacto tienen cuatro prioridades: una, encubrir lo más grave (la improductividad gubernamental y el nepotismo); dos, minimizar los errores inocultables (el abandono de nuestros arrantzales o el fiasco de EuskoTren, por ejemplo); tres, sobreinformar sobre sus (escasas) iniciativas; y cuatro, ocultar que la mejor situación de Euskadi proviene de los gobiernos (nacionalistas) precedentes y el esfuerzo de todos. Callar, publicitar y desinformar, éste es el protocolo.
Estarás conmigo en que lo peor de esta estrategia, lo que culmina su perversión, es la invención de un drama previo, según el cual la época de poder nacionalista ha sido un desastre, cuando tú y yo sabemos, y como lo confirman los datos, los votos y las encuestas, que el PNV y sus diversos socios no han hecho otra cosa a lo largo de treinta años que elevar el autogobierno, incrementar el progreso económico y educativo e impulsar la solidaridad y el bienestar de los ciudadanos hasta cotas que ya hubieran querido para sí los españoles. Pero, claro, para respaldar el frente antinacionalista se necesita que el poder mediático amigo prepare el terreno mediante la corrupción de la historia y la flagelación del adversario. Naturalmente, este servicio no se hace gratis y se paga con publicidad y contratos que abonaremos todos a través de los presupuestos.
Ésta es la primera fase de la operación, ya lo ves. En lo político, el objetivo es el reparto de Euskadi en porciones y su rápida asimilación; y en lo mediático, ocultar o justificar la terrible incoherencia de un frente compuesto por adversarios hostiles. Algo así como el acuerdo de 1939 entre Hitler y Stalin, enemigos irreconciliables pero amorosos aliados para el reparto de Polonia. La segunda fase la irás viendo en los próximos meses y sobre sus propósitos y tretas pondremos el foco y la atención.
El corolario es que nuestra mejor campaña ahora es denunciar hasta la extenuación el doble rasero y la inmoral incongruencia de un pacto insostenible entre dos partidos que se rompen la cara a todas horas y aquí cambian golpes por besos, con el servilismo cómplice de los medios españoles. A la gente le repugna la hipocresía y el cinismo, así que gestionemos con criterio la contradicción y la repulsa de la alianza patriótica y sumémoslas a tantísimos sentimientos heridos, como los tuyos y míos, a la movilización de los ingenuos escarmentados y a la inteligencia práctica de Euskadi para crear una mayoría social aún más amplia y salir reforzados de esta pesadilla.