martes, 11 de enero de 2011

Dos minutos, doce segundos,por Belén Greaves

Dos minutos, doce segundos
La clave del breve comunicado no está en ETA, sino en Batasuna y sus líderes: pese al esfuerzo de ETA por llevar el texto a los parámetros de un proceso convencional, la impresión es que se trata de un comunicado forzado, una cesión, siquiera parcial, al mundo político

Por Belén Greaves, * Secretaria del EBB de EAJ/PNV - Martes, 11 de Enero de 2011 -
NUESTRA valoración como Partido Nacionalista Vasco ante el comunicado de ETA fue ayer clara:

1.- "Cese definitivo".

ETA no da respuesta en su comunicado al clamor unánime de la sociedad vasca, incluido su círculo político-social de mayor proximidad, que le exige un "cese definitivo" de la violencia, y la apuesta por las "vías exclusivamente políticas y democráticas".

2.- "Un nuevo tiempo".

Nos encontramos ante un nuevo tiempo, antes, durante y después de esta declaración de ETA. El tiempo de la política. La clave es saber aprovechar este nuevo tiempo, hacerlo con discreción, altura de miras y prudencia.

Hemos propiciado un tiempo de estabilidad y hemos conocido un paso. La sociedad contempla esta situación con esperanza y exige el final de la violencia. Ahora nos corresponde gestionar esta situación con inteligencia para lograr que esta esperanza no se frustre.

Un nuevo tiempo en el que todas las sensibilidades ideológicas solamente tengamos en el examen de la ciudadanía la referencia de la solidez del proyecto de cada uno.

3.- "Un paso".

El camino hacia la paz hay que recorrerlo paso a paso y por eso es necesario tener en cuenta todos los pasos que nos vayan acercando hacia la paz definitiva.

Creo que la clave de análisis de situación propiciada por el breve comunicado de ETA no está en ETA, sino en Batasuna y sus líderes políticos. Esta es la novedad relevante en este proceso. El verdadero movimiento de cambio se está produciendo en el mundo político y social de Batasuna que ha llegado a un doble convencimiento. Por una parte ha llegado a la conclusión de que la violencia ha dejado de tener eficacia en su lucha, y por otra, que es imprescindible recuperar la representación institucional para poder seguir defendiendo su proyecto político.

Desde el punto de vista de ETA, el comunicado nos vuelve a conducir a un proceso convencional. Se modifica la terminología pero el mensaje de fondo es el mismo, estamos como siempre, se ofrece un alto al fuego, para que en ausencia de violencia, se pueda iniciar un proceso de negociación. ETA vuelve a sus esquemas tradicionales, los mismos de las dos últimas treguas, en las que desde el alto al fuego pretende tutelar un proceso de paz en Euskadi.

El breve comunicado vuelve a plantear las condiciones de la organización terrorista al proceso remarcando que "debe resolver las claves de la territorialidad y el derecho de autodeterminación", en las que enmarca el conflicto político. Pero en realidad su gran problema es que no legitima el movimiento del entorno político y social, ni transfiere la legitimidad política a esa parte política y social. El breve comunicado obvia, ni siquiera menciona, a Batasuna, y por lo tanto, no lo pone en valor, sino todo lo contrario.

La impresión que acaba trasladando es que se trata de un comunicado realizado sin total convicción por parte de ETA, un comunicado forzado por la insistencia de la parte externa, del mundo político y social. ETA admite todas las servidumbres de la técnica de comunicación: brevedad (dos minutos, doce segundos), claridad del mensaje, dos idiomas, vídeo y texto, escenografía azul limpia, el día del reinicio del curso y a las 12 del mediodía.

ETA hace todas estas concesiones, pero sigue enrocada en su posición tradicional, no hace ninguna concesión a la demanda social fundamental, el cese definitivo de la violencia.

El gran problema para ETA es que este comunicado llega después de dos procesos de negociación y búsqueda de la paz muy similares y recientes. Desgraciadamente, en los dos casos ETA ha frustrado unilateralmente las expectativas creadas, por lo que ahora prima la incredulidad en la sociedad vasca, así como la reticencia y el desánimo entre los responsables políticos.

La conclusión más evidente es que o este movimiento de ETA se acompaña en breve de otro tipo de pasos más definitivos o pueda verse conducido a una callejón sin salida.

Con este comunicado de hoy ETA ha cedido parcialmente ante el mundo político, pero es posible que la parte política no haya logrado todavía imponer sus formas y sus vías en este proceso. La última palabra sigue estando en el mismo sitio. Mientras los roles entre ETA y Batasuna no cambien, y la correlación de fuerzas no se invierta, nos encontramos ante un proceso que reitera las carencias de los anteriores, con la diferencia de que tenemos todos muy frescas las experiencias anteriores.