domingo, 23 de enero de 2011

Las esencias milenarias y las soluciones compartidas

Una imagen vale más que mil palabras para recordar la historia y rebatir alguna frase tan sonora como hueca de contenido, además de para comprobar el recorrido realizado por quien hoy comparte únicamente con lo que sigue siendo la derecha de siempre

Por Iñaki Anasagasti, * Senador de EAJ-PNV - Domingo, 23 de Enero de 2011 -


Hablen ustedes en cristiano" es lo que nos han dicho esta semana los senadores del Partido Popular en Madrid. En Bilbao, Basagoiti visita Euskaltzandia. En el Senado, se niegan a reconocer que en una Cámara de representación territorial se pueden usar las lenguas cooficiales, lenguas propias de las que la Constitución dice en su artículo 3.3: "La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un objeto cultural que será objeto de especial respeto y protección". El respeto para el PP es reírse de ellas y negarse a usar el pinganillo. Consideran que en el centro de España es una burla para un español que otro español le hable en una lengua distinta al castellano. ¡Hasta ahí podíamos llegar!

Y te montan la bronca. Pero hay que reconocer que el PP es un partido coherente. El PP no ha cambiado. Es la derecha de Covadonga de siempre, hoy altamente envalentonada. No han aprendido nada, no han olvidado nada.

En el otro extremo, quien acierta cuando rectifica, es el mundo de HB. Dispuestos a aceptar la aplicación de la ley de partidos "a rajatabla" como dijeron, y a votar todo lo votable, "por imperativo legal", quieren hacer hoy lo que los demás hicimos hace treinta y tres años y encima darnos lecciones. No está mal. Pero repito, aciertan cuando rectifican.

Quien se equivoca cuando rectifica es el Partido Socialista. Patxi López, en su viaje de esta semana a los países de las mil y una noches, organizado por las Cámaras de Comercio, nos dijo el jueves que debíamos abandonar "esencialismos milenarios para buscar soluciones compartidas". Toda una frase. Ellos ya lo han hecho. Monarquía por República, internacionalismo por localismo, igualdad por igual me da, y autodeterminación por soluciones compartidas bajo el techo del Estado unitario. Todo un programa.

Por eso es bueno buscar en el cajón de las viejas fotos los testimonios de estos saltos de funambulistas aplicados. La que ilustra ésta página es del Aberri Eguna de 1978 en la actual avenida Sabino Arana de Bilbao, llamada entonces de Primo de Rivera. En la pancarta se pide un "Estatuto de Autonomía Nacional", es decir con Navarra incluida, así como el reconocimiento del Derecho de Autodeterminación en la Constitución, que ese año se aprobaría en diciembre. En la parte izquierda de la pancarta podemos ver a Carlos Zarraga, uno de los últimos presos en Carabanchel del PNV junto a Antón Landa y Joseba Goikoetxea, posteriormente asesinado por ETA. A su lado Santi Brouard, asesinado por el GAL en 1984 en su consulta de Bilbao y entonces presidente de Hasi, Valentín Solagaistua, representante entonces de la ANV histórica, Juanito Iglesias, consejero socialista del Gobierno Vasco en el exilio, Nicolás Redondo Urbieta, secretario general de la UGT, Ramón Rubial, presidente del PSOE, detrás Tomas Tueros y en el centro Roberto Lertxundi, junto a Alberto Figueroa, entre otros.

¿Qué nos dice esta foto? Dos cosas. Que aquel PSE se manifestaba junto a todos los grupos políticos del arco parlamentario vasco, Hasi incluida, pero no con UCD y AP. Y en segundo lugar, que el PSE celebraba el Aberri Eguna, pancarta en mano reivindicando a Navarra y el reconocimiento del derecho de Autodeterminación en la Constitución española. El último Aberri Eguna que celebraron fue el de 1979, tras haberlo hecho en 42 ocasiones anteriores. Hoy reniega de él y celebra el Día de Euskadi, tras habérnoslo impuesto en el Parlamento Vasco apoyándose en el PP. Lo que Patxi López llama "soluciones compartidas" después de haber dejado "las esencias milenarias".

Viene a cuento todo esto pues esta semana hemos preguntado en la sesión de control del Senado a la ministra Trinidad Jiménez si España piensa reconocer a Sudán del Sur, un nuevo país en África, el 54, que va a surgir tras el ejercicio del derecho de autodeterminación con auspicio internacional y sin que previamente haya habido una motivación colonizadora. Aquí los blancos no colonizaban a los negros sino que negros cristianos se separan de negros de religión musulmana, simplificando el hecho. Dato novedoso pues al parecer el argumento que esgrime el socialismo es que solo se pueden autodeterminar los pueblos colonizados, aunque ése no era el argumento que utilizaban en 1978, cuando reivindicaban el reconocimiento del derecho de autodeterminación en la Constitución española por aprobar.

Lo bueno es que desde esa foto en las calles de Bilbao, Alemania ejerció su derecho de autodeterminación para unirse (también eso es posible) y Checoslovaquia para separase en 1993 y hacer de ella dos países, Chequia y Eslovaquia. Pero también la vieja Rusia con la apertura de Mijail Gorbachov para reformar la URSS allanó el camino para la independencia de 15 estados desde 1991. Y no digamos nada de lo ocurrido en la antigua Yugoslavia que tras una guerra civil y ejercitando el derecho de autodeterminación ha dado origen a siete estados, incluido Kosovo, aún sin reconocer por España no vaya a haber efecto contagio en Catalunya y Euzkadi. Y ahí anda kili kolo Bélgica, país que no logra formar gobierno tras cuatro meses de negociaciones. En fin, como diría Patxi López "esencias milenarias".

Claro está que para él, las soluciones compartidas son con el PP. Primero se abdica de la ideología, luego se hace un canto al pragmatismo, después se mete a todo el nacionalismo en el saco de la violencia de ETA, se termina diluyendo la historia republicana, obrerista y metalúrgica y del coctel sale una "solución compartida" con la derecha española y una apelación a dejar "esencias milenarias". Pero ahí está la historia y las fotos para decirnos en este país quien es el que abandona su ideología, quien se equivoca cuando rectifica, quien hace un uso abusivo de un grosero pragmatismo basado solo en la ocupación del poder. Quien, en definitiva, traiciona su historia. Es por lo que podríamos describirlo como pasar de la pancarta a la carpanta.