jueves, 13 de enero de 2011

No queremos alimentar la discusión sobre si es o no suficiente.

Mª Eugenia Arrizabalaga Olaizola
Presidenta de UDALBILTZA®

Desde siempre ETA ha tenido una deuda con el pueblo vasco: la paz. Una deuda que saldará demasiado tarde, tras haber roto y desgarrado la dignidad de tantas y tantas personas y familias. Tras haber obstaculizado el derecho a decidir de este Pueblo.

A pesar de todo, siendo tarde, la declaración de ETA enciende la esperanza. De una vez y para siempre ayudará a abrir las puertas a un nuevo tiempo que necesita y merece Euskadi.

Creemos que hay un hecho que no podemos olvidar y que queremos subrayar: La declaración de ETA ha sido fruto de la evolución de la izquierda abertzale. Según parece, algo que no ha ocurrido hasta ahora, la vía política ha superado a la violencia. En ello reside el valor del suceso. Por primera vez la balanza se ha inclinado hacia la vía política. Esto puede crear un nuevo escenario real.

Las cosas no suceden de repente y por casualidad. Todo tiene su razón de ser y en estos trece últimos años, (comenzando por el Acuerdo de Lizarra-Garazi), los pasos dados hacia adelante (y hacia atrás también) han extendido el clamor por la paz en la sociedad vasca. Continuamente el Pueblo ha dado la espalda a una ETA que sin ningún reparo dice hablar en su nombre. La izquierda abertzale ha sido la última en pedir el necesario abandono de la violencia. ¡Bienvenida sea, pues, al bando de los que siempre hemos defendido las prácticas democráticas y políticas!


Estamos, por lo tanto, ante un paso positivo. Positivo porque muchos ciudadanos mejorarán su situación personal y porque abre un nuevo escenario para que nuestro Pueblo afronte sus desafíos pendientes.

Ahora, como siempre, el diálogo y las vías democráticas son nuestros únicos medios y para que estos instrumentos sean viables en un proceso democrático es imprescindible la participación de todas las opiniones políticas. En consecuencia, no podemos admitir ninguna supervisión de ETA. ETA no puede ni supervisar ni garantizar la resolución del problema político. Pero nadie puede negar tampoco que la raíz de nuestro conflicto es un problema político: Euskadi es un pueblo y la exigencia de posibilitar el derecho a decidir que conlleva dicha declaración, no supone ninguna concesión a ETA. Lo cual conforma el cimiento de la verdadera paz que se le debe a este Pueblo.

Del mismo modo, no admitimos que la insuficiencia de la declaración de ETA sirve de pretexto para negar a la izquierda abertzale su legítima representación política. Por sentido democrático siempre hemos estado en contra de las ilegalizaciones; a los que ahora andan buscando pretextos les exigimos que, de una vez y para siempre, se olviden de las ilegalizaciones. También lo demandan así el fortalecimiento de la paz y la normalización política.

Estamos esperanzados en que se abre un nuevo periodo que nos lleva a pensar que el futuro en paz que durante tantos años este Pueblo ha ansiado está más próximo. Tenemos que conducir Euskal Herria a una situación de paz sin retorno, a una época donde la conculcación de los derechos humanos sea historia pasada.
Porque merecemos y necesitamos la paz.

Mª Eugenia Arrizabalaga Olaizola
Presidenta de UDALBILTZA®

En Euskal Herria, a 12 de enero de 2011