domingo, 9 de enero de 2011

"La sociedad vasca no le debe nada a la izquierda abertzale y ETA, es ese mundo el que nos debe la paz"

Iñigo Urkullu Presidente del EBB del PNV

Domingo, 9 de Enero de 2011

Bilbao. Con la pelota en el tejado de ETA desde hace meses, Iñigo Urkullu expresa un temor, que tantas especulaciones en torno a sus intenciones puedan dar a entender que "si se alcanza un escenario de ausencia de violencia, sea gracias a una organización terrorista".

Patxi López no remonta en las encuestas, ni siquiera en el seguimiento de su mensaje de fin de año. ¿A qué achaca la percepción que la sociedad vasca tiene del lehendakari y del Gobierno Vasco?

A que la sociedad es mucho más inteligente de lo que muchas veces se pueda pensar por interés particular. El lehendakari y su Gobierno achacaron el problema de percepción a un problema de comunicación, sin embargo un año después se ratifica que éste no es el pacto deseado por la sociedad vasca.

¿Cree que López está abocado a modificar el Gobierno Vasco, tal y como se ha visto obligado a hacer Zapatero en La Moncloa?

Hay una rumorología sobre posibles cambios en determinadas consejerías del Gobierno Vasco. Lo cierto es que hay una sensación de inoperancia e ineficacia más allá del desconocimiento de determinados rectores de departamentos del Ejecutivo. Y hay una sensación de que, sin haber comenzado a funcionar, el Gobierno ya está amortizado.

¿Por qué cree que, año y medio después del pacto PSE-PP, ya se puede dar el mismo por fracasado?

Cuando las mayorías se construyen sobre un artificio como es la aplicación arbitraria de la Ley de Partidos, con el único objetivo de desplazar a quien haya ganado las elecciones, se llega a una fórmula ya no antinatura, sino anatura, que es entre el PSE y el PP, formaciones que no tienen puntos de encuentro en programas económicos, sociales, educativos, culturales...

¿Aspira el PNV a ser la primera fuerza en los tres territorios en las elecciones municipales, como parece que avalan las encuestas?

El objetivo del PNV siempre es ganar las elecciones. En este caso, nos presentamos con el compromiso adquirido en estos cuatro años con la sociedad de cada uno de los tres territorios bien cumplimentado. A partir de ahí ofrecemos a los ciudadanos un programa que sea atractivo para que puedan observar con confianza el compromiso que ofrece el PNV.

¿Las transferencias a la CAV pactadas con el PSOE a finales de 2010 serán una baza del PNV en los meses que están por venir?

Sí, nuestro trabajo en el ámbito institucional en el marco del autogobierno, y de lo que yo denomino más Estado vasco por la vía de los hechos, del ejercicio práctico, se resume en los pasos que hemos dado hasta ahora en la relación con el Estado español y también con las instituciones europeas. Uno de los aspectos más significativos es la regularización jurídica del Concierto Económico, también el calendario de transferencias hasta finales de 2011. En este ejercicio nos vamos a aplicar a fondo en la comisión bilateral y en la comisión de seguimiento para el cumplimiento no solo de las transferencias pactadas, sino también de los proyectos inversores estratégicos en la CAV.

¿Qué otras prioridades marcan la agenda de su partido en el ejercicio que acaba de comenzar?

En el acuerdo de estabilidad institucional que suscribimos en noviembre de 2009 el PNV, el PSE y Hamaikabat planteamos la necesidad de hacer una reflexión sobre las políticas públicas, la sostenibilidad de las políticas sociales y una nueva política fiscal. Estamos trabajando sobre ello y queremos ofrecerles a ambos la reflexión en la que estamos inmersos sobre esas tres cuestiones que entendemos que son capitales para la necesaria transformación de Euskadi.

¿Y más allá de ese acuerdo?

También reivindico la colaboración interinstitucional entre el Gobierno Vasco, las diputaciones y los ayuntamientos, nuestros representantes están a disposición de todo lo que pueda ser beneficioso para la sociedad vasca.

¿Hasta qué punto le ata al PNV su acuerdo con Zapatero?

He insistido en que no tenemos ningún compromiso de estabilidad con el Gobierno español que vaya más allá de lo que se suscribió en el acuerdo presupuestario y que afecta a los proyectos estratégicos de inversión, a las partidas de 112 millones de euros conseguidas mediante las enmiendas parciales. Lo que sí vemos con mucha preocupación es la situación institucional, política y económico-financiera que se está dando en el Estado español, por lo que el PNV sí está en un ejercicio de responsabilidad pero siendo crítico con el Gobierno.

¿Cuál será su posición en la votación de finales de este mes sobre el retraso de la edad de jubilación?

Hemos sido críticos con que no se haya alcanzado un acuerdo unánime en el Pacto de Toledo acerca de las recomendaciones que ha hecho sobre la reforma del sistema de pensiones. Esperemos que en lo que resta de mes hasta que el Gobierno español presente su proyecto en las Cortes Generales del Estado haya un ámbito de negociación.

Este año toca nuevo proceso electoral en el PNV para elegir al Euzkadi Buru Batzar. ¿Cómo afronta su formación esta cita?

Bueno, no puedo decir cómo lo afronta la formación, en todo caso podré decir cómo lo afronto yo, y hoy por hoy estoy absolutamente dedicado al ejercicio que me corresponde como presidente del EBB y del PNV en su conjunto, planteando cuáles pueden ser las estrategias a los compañeros de la Ejecutiva.

¿Se ha dado algún paso para designar al que será el próximo candidato del PNV a lehendakari?

No estamos ni siquiera en esa fase y, como diría Pujol, eso no toca en estos momentos.

Cambiando de tercio, a la espera de que ETA termine de emitir un comunicado, lo cierto es que ha alargado la espera y no ha cumplido con la expectativa de pronunciarse antes del final de 2010.

Sobre este particular yo no especulo. El PNV ofreció un pacto de silencio y cada uno sabrá el por qué de sus elucubraciones, pero yo me he mantenido en silencio, salvo para decir claramente que ETA sabe que la sociedad vasca le exige un cese definitivo. Tras más de 51 años de existencia no tiene cabida ni razón de ser. Y por otra parte, dentro del conjunto de la izquierda abertzale, quien quiera hacer política sabe cuáles son las condiciones para ello.

¿Es suficiente el camino recorrido por la izquierda abertzale oficial?

El PNV votó en contra de la Ley de Partidos y ha votado en contra de la reforma de la ley electoral. Más allá de eso, denunciamos que ha habido una aplicación arbitraria de la Ley de Partidos con el objetivo de condicionar la fotografía institucional y ofrecer otras mayorías y minorías que no responden a la realidad sociopolítica de la sociedad vasca. La autodenominada izquierda abertzale tiene que hacer su propia reflexión, yo repito lo que dije el 2 de diciembre del año 2007, ya como presidente del PNV, que con ese mundo hay todo un mundo por construir si se disocian del terror.

¿Les falta poner nombre a la violencia que aseguran condenar?

Podemos refugiarnos en la existencia de muchos tipos de violencia, todas ellas condenables, pero además de una violencia que ha costado vidas humanas y bienes materiales, hay que ser conscientes de la existencia de una violencia que ha condicionado al nacionalismo vasco. Si a alguien le ha hecho daño políticamente una organización como ETA, es al nacionalismo en su conjunto. De la misma manera que lo ha hecho también con quienes han vivido bajo su tutela. Creo que es necesario decir esto claramente.

Lo que está claro es que el comunicado de ETA y la situación de la izquierda abertzale oficial están acaparando el debate político.

Tengo una preocupación y es que se especule tanto que se pueda dar la interpretación de que, si se alcanza un escenario de ausencia de violencia, es gracias a una organización terrorista. No debemos confundir los términos, la sociedad vasca no le debe nada a ese mundo. Es al revés. Es el mundo de ETA y el conjunto de la izquierda aber-tzale el que debe a la sociedad vasca un escenario de ausencia de violencia y de poder hacer política con mayúsculas de manera definitiva.

El Gobierno español parece situado en la posición contraria con la reforma de la ley electoral para dificultar aún más el regreso de la antigua Batasuna a la legalidad.

Ahí veo un ejercicio del PSOE de mirar permanentemente de reojo al PP como consecuencia del pacto antiterrorista que suscribieron ambos en el año 2000. Pero también he escuchado al presidente del Gobierno español hablar de la generosidad con la que la sociedad podría actuar en función de que se diesen determinados pasos. Dentro de esa estrategia de palo y zanahoria, entiendo que si se dan las condiciones debidas, todos sabremos estar a la altura de las circunstancias, empezando por el Gobierno español y otros poderes del Estado.

¿Cómo valora las declaraciones que realizaron ocho presos del grupo armado, en las que aseguraban que una tregua permanente o verificable ya no vale, sino abandonar definitivamente la violencia?

Podríamos enredarnos con conceptos como lo de verificable o lo de permanente, términos que ya se han utilizado en algunos procesos anteriores. Lo que vienen a decir los presos que se manifiestan desde la cárcel de Langraitz es que esto ya no tiene ningún sentido y que más allá del juego de términos y de la magia de las palabras, estamos en un tiempo de necesidad de clarificación y de cese definitivo.