El 96% de las nuevas matrículas para el curso próximo elige modelos euskaldunes
Sólo 732 de los 18.456 padres que han prematriculado a sus hijos apuestan por la enseñanza en castellano.
Ya no existen razones objetivas, ni ideológicas o morales que continúen enturbiando la escena educativa vasca. Las preferencias lingüísticas de las familias por los modelos euskaldunes para sus hijos e hijas han sido un clamor los últimos diez años con gobiernos nacionalistas en Ajuria Enea y continúan siendo un clamor con el Ejecutivo López y su nuevo sistema centralizado, garante -según la consejera Isabel Celaá- de la libertad de elección de aitas y amas.
Ayer, el Departamento de Educación del Gobierno vasco adelantó los datos de prematrícula correspondientes al curso 2010-2011. Y los resultados no dejan lugar a dudas. El 96% de las familias vascas, cuyos hijos ingresarán el año que viene en la escuela por primera vez, ha elegido los modelos B y D frente a un 3,9% que ha optado por el modelo A (sólo en castellano). En concreto, se han contabilizado 732 matrículas en centros que sólo imparten castellano, frente a las 4.135 en el modelo B y 13.559 en D.
Además de confirmarse la tendencia de la última década, el Partido Popular -autor intelectual del nuevo sistema de matriculación- tuvo ayer cumplida respuesta a las pretendidas limitaciones que los colegios imponen a las familias que desean que sus hijos estudien en castellano, impulsados -dicen- por un hipotético afán adoctrinador de corte nacionalista, vasco.
Según informó el gabinete que dirige Isabel Celaá, sólo 6 solicitudes de modelo A como única opción no fueron atendidas por los centros, frente a las 27 no atendidas para el modelo B y las 20 del D. Todas ellas en el ciclo de 2 años. Estos datos constituyen una auténtica novedad en el panorama educativo puesto que hasta ahora no se habían facilitado. Una vez analizados, evidencian que no existe tal coacción contra las familias que optan por el modelo con el castellano como vehicular, un argumento que ha sido defendido por el PSE-EE desde la oposición y que ahora en el gobierno ha alentado con sus silencios y ambigüedades. Si algo demuestran estos datos es que son precisamente los padres que desean los modelos euskaldunes los que realmente tienen mayores dificultades para encontrar un centro de su elección.
Ayer, ni el PSE-EE ni su socio preferente valoraron estos datos provisionales, como hubiera cabido esperar después de dos semanas de gresca mediática, surgida a raíz del proceso de prematrícula y las acusaciones vertidas contra Kristau Eskola -principal patronal de la privada- porque, según el PP, se habría negado a abrir aulas nuevas en modelo A. Y es que, la demanda real y el PP llevan caminos opuestos.
Fuentes del Departamento vasco de Educación se limitaron a indicar que las cifras de peticiones de modelos no ofertados en los centros educativos son "poco significativas", por lo que manifestaron que se ha "magnificado" la polémica en torno a esta cuestión.
A la luz de estos resultados no cabe hablar, por tanto, de la "demanda inducida" hacia los modelos euskaldunes promovida por el Gobierno Ibarretxe, como hasta ahora han sostenido PSE-EE y PP, ya que en la Euskadi del cambio los datos de matriculación siguen siendo similares a los de años precedentes, décima arriba, décima abajo. En concreto, según los datos del curso anterior respecto a niveles de entrada que obran en poder de Educación, las solicitudes tramitadas para aulas de Educación Infantil en el nivel de 2 años fueron 17.580. Este año esa cifra ha crecido en 660 solicitudes, según las cifras provisionales. Un total de 275 familias no han visto atendida su matrícula por falta de oferta del modelo elegido. Las más afectadas han sido las que se inclinaban por el modelo B (euskera-castellano) en una proporción de dos a uno frente a las que querían el modelo A.
Hoy muchas miradas estarán puestas en la reacción de socialistas y populares ya que tanto las preferencias reales de las familias así como la profesionalidad y neutralidad de los centros son un auténtico varapalo para el giro en materia educativa que, junto con la lucha antiterrorista y el euskera, constituye la base del pacto de gobernabilidad de Patxi López. De hecho, y en previsión de estos datos, el PSE-EE ha matizado considerablemente su discurso respecto del euskera, primero reconociendo que las familias "no tienen por qué equivocarse" cuando realizan la elección lingüística, y luego abroncando al secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, a quien acusó de tratar de "incendiar" el proceso de matriculación. Un distanciamiento que ni la oposición, ni la mayoría sindical, ni una parte muy importante de la comunidad educativa se llegan a creer y lo atribuyen a un movimiento táctico de Celaá, obligada, como está, por estos resultados. Otro hecho que demuestra la fortaleza del pacto por el cambio es que en el fragor de la polémica por la prematriculación, Celaá y Oyarzábal mantuvieron una reunión de urgencia para escenificar su unión.