Tasio Erkizia asegura que el documento 'Zutik Euskal Herria' aprobado por las bases de la izquierda aber-tzale tradicional abrirá una nueva fase en la política vasca. Aboga además por aunar fuerzas soberanistas con el fin de conseguir un nuevo escenario para Euskadi
Una semana después de darse a conocer el documento Zutik Euskal Herria, Tasio Erkizia analiza para DEIA lo que ha sido el debate en el seno de la izquierda aber- tzale tradicional y lo que puede significar de cara al futuro.
¿Por qué se abrió el proceso de debate en la izquierda abertzale?
Ha habido tres variables que explican las razones de esta nueva fase. En primer lugar, porque teníamos la constatación de que Madrid se encuentra muy a gusto en un enfrentamiento de toma y daca a nivel represivo con Euskal Herria, que podía mantener esta situación. Al Estado le sobra fuerza policial, pero le faltan las razones. En segundo lugar, creemos que el Estado de las Autonomías es un escenario que se encuentra ya completamente agotado, por lo que sigue abierta la posibilidad de un cambio político. Y en tercer lugar, creemos que existe una masa crítica como para ganar la partida al Estado y llevar a Euskal Herria a un escenario democrático.
¿No había también cansancio en el seno de la izquierda abertzale?
Una de las autocríticas que nos hemos hecho es que no hemos sabido leer los sentimientos y pensamientos de la sociedad vasca. Es cierto que la sociedad ha cambiado mucho en los últimos años y quizá no hemos sabido leer esos cambios.
Ya se ha hecho público el documento "Zutik Euskal Herria". ¿Cuál es su valoración?
Es un documento de mucha trascendencia. Es el comienzo de un nuevo ciclo, por lo tanto el final de una fase política. Creemos y estamos convencidos de que va a haber un antes y un después. Por otra parte, es un documento que se ha debatido en unas condiciones extraordinariamente difíciles, lo que implica una gran valentía, ya que no se puede obviar que en estos momentos tenemos más de 200 cargos políticos en la cárcel y al principio de todo este proceso fueron detenidas las personas que más estaban trabajando en este documento. Pero, por encima de ello, debemos tener claro que se trata de un documento estratégico, que está pensado de cara al futuro de nuestro pueblo y no está mirado de cara a unas circunstancias concretas.
¿El documento aprobado es el único que se debatió o había otras ponencias encima de la mesa?
El documento aprobado ha sido el único que se ha debatido por parte de las bases de la izquierda aber- tzale. No ha habido ninguno más, ni otras ponencias alternativas. Y hay que recordar que el documento ha obtenido una mayoría aplastante a su favor. Es verdad que a lo largo de los debates han existido planteamientos diversos, dudas e interrogantes, ya que la unanimidad sólo existe en el fascismo o en las dictaduras, pero la mayoría con la que se ha aprobado es muy cualificada.
¿Esas divergencias pueden ir a más y producirse una escisión?
Toda la izquierda abertzale está remando en la misma dirección y hay una coincidencia en que se debe seguir el camino que se ha marcado en este documento.
Había incertidumbre por ver cuál iba a ser su postura.
Éramos conscientes de que se trataba de un debate que iba a marcar el futuro, el punto final de una fase y por eso había interés en conocer el resultado del debate. En algunos casos había un interés muy sano por saber por dónde iba a respirar la izquierda abertzale, pero por otra parte había intereses en boicotear el proceso, en que éste no se pudiera llevar a cabo.
¿Considera usted que se abre una nueva fase tanto para la izquierda abertzale como para Euskadi?
Nosotros estamos convencidos de que eso es así. El entramado jurídico-político creado tras el franquismo hace aguas y el dato es que en la última celebración del Estatuto de Autonomía de Vascongadas los únicos que han defendido ese instrumento son los españoles, mientras que tanto desde el PNV hasta la izquierda abertzale se ha dicho que no había nada que celebrar. Eso indica que hay una crisis en el Estado de las Autonomías. El planteamiento que hacemos es una puerta al futuro, impulsado por la izquierda abertzale, pero hay otros agentes que tienen una importancia fundamental, agentes políticos, sindicales o sociales. Es fundamental que todo el mundo abertzale, soberanista e independentista rememos en el mismo sentido.
¿Cómo valora la respuesta de los partidos vascos?
Ha habido algunas francamente positivas como las de EA o ELA; otros dicen que vamos por el buen camino, pero intentan tirar la pelota al tejado de la izquierda abertzale en lugar de admitir sus responsabilidades, como el PNV o Aralar; y otros, en este caso el PSOE y el PP, muestran claramente que tienen pánico a que se produzca un cambio de ciclo político. Tienen un miedo tremendo a que el problema en Euskal Herria se sitúe en el enfrentamiento por las vías políticas y democráticas. Tanto el Estado como el PSOE y el PP quieren reducir todo a un problema de terrorismo, de violencia, pero deben tener claro que el Estado no tiene un problema con ETA o con la izquierda abertzale: lo tiene con Euskal Herria. Tienen miedo a debatir políticamente.
Habla de la reacción del PNV y Aralar, pero, ¿no cree que es normal que tengan recelo y desconfianza?
Evidentemente la confianza, la confianza mutua entre distintas fuerzas de ámbito vasco, hay que ganarla. Pero, lo digo con sinceridad, en muchos casos creo que hay demasiado seguidismo a lo que se emana desde el Ministerio del Interior.
En el documento hablan de la utilización de vías políticas y democráticas. ¿Ése va a ser su proceder en el futuro?
Eso indica un cambio importante en la izquierda abertzale, pero, con ser importantísimo, hay otros aspectos en los que hay que poner el énfasis, como es el de sumar fuerzas abertzales y soberanistas.
ETA dijo que iba a respetar el debate de la izquierda abertzale, pero en el documento "Zutik Euskal Herria" no se hace ninguna mención a ETA.
Este documento que hemos presentado son las conclusiones del debate en el seno de la izquierda abertzale. Decimos cuáles son los mecanismos eficaces para avanzar en un proceso de liberación. Decimos cómo hay que rematar tantos años de lucha y marcamos los pasos que debemos dar. Es el documento de la izquierda abertzale, el que han aprobado sus bases.
De cara al futuro es fundamental saber cuál será la respuesta de ETA.
Hace muy poco, ETA, en su agiri, saludaba el proceso abierto en la izquierda aber -tzale y la declaración de Altsasu. Decía claramente que el eje político de la izquierda abertzale era el proceso que se podía abrir. Es más, decía que la garantía de ese proceso democrático era la activación popular. Planteaba toda la estrategia en función de la acumulación de fuerzas. Una lectura de aquel documento dejaba bastante clara cuál es la postura de ETA.
Si hay un atentado de ETA, las miradas se fijarán en ustedes.
No contemplamos ese escenario, pero si sucediera haríamos un análisis y se actuaría en consecuencia. Pero hay algo que es fundamental, que tenemos el mandato de nuestras bases de mantener una línea política, y nos debemos a las bases. Sean cuales sean las circunstancias, vamos a ser fieles a la estrategia marcada por las bases.
Que, según lo hecho público, sería la lucha política y democrática.
Ese debe ser nuestro norte y nuestra hoja de ruta. Aunque haya circunstancias en un sentido u otro, no vamos a cambiar. Hay unas conclusiones políticas y nos debemos a ellas.
¿Por qué la izquierda abertzale no ha hecho un llamamiento a ETA para que deje las armas?
La izquierda abertzale debe seguir su propio camino y nadie nos tiene que marcar las expresiones que vamos a utilizar. Seguiremos siendo fieles a nuestros principios sin entrar en las escaramuzas que nos quiera poner el sistema.
Si hay un atentado, se les exigirá una condena a ETA.
Ellos dirán lo que quieran, pero lo que nosotros debemos hacer es reafirmarnos en la estrategia política que se ha aprobado por las bases. No nos va a decir ni el Ministerio del Interior, ni Ares ni el PP la forma en que debemos hacer política. No hay ninguna instancia internacional que exija cláusulas o fórmulas que deban cumplir los partidos,
Antes, me ha parecido entenderle que no contempla un escenario de atentados.
Lo sucedido en Irlanda nos ha demostrado que estos procesos son complejos y difíciles. Tenemos que interiorizar todos que va a haber dificultades, pero el futuro del proceso dependerá de la implicación que exista. La izquierda abertzale, en ese sentido, tiene plena determinación. Y creemos que hay datos objetivos para soñar con que este proceso va a seguir adelante, y no sólo soñar, sino confiar plenamente en que va a seguir adelante.
¿Qué similitudes hay con lo sucedido en Lizarra o Loiola?
Este proceso tiene algunas cosas en común con Lizarra, pero a la vez existen diferencias importantes. Tiene en común la necesidad de hacer un trabajo conjunto con distintas fuerzas políticas, pero hay dos aspectos diferenciales que son muy importantes. Por un lado, ha sido una iniciativa unilateral y no hemos esperado a que otros agentes se muevan. Ha sido la izquierda abertzale la que se ha dado cuenta de que era el momento de hacer una reflexión en profundidad. Y, por otro lado, es la primera vez que intervienen las bases. En Lizarra o en Loiola hubo debates entre las direcciones de partidos, pero no se había dado un debate amplio entre las bases. Nosotros ahora estamos cumpliendo el mandato de las bases de la izquierda abertzale.
¿Aunar fuerzas es sinónimo del llamado polo soberanista?
Hay que plantear nuevos pasos en la órbita soberanista. Una estrategia que pasa por la participación de diferentes partidos políticos. En este momento, damos prioridad a la confluencia de todos los soberanistas y abertzales, sean de los partidos que sean, desde el PNV hasta el último partido. Y, sobre todo, a los soberanistas que no militan en partidos y desean ser reconocidos. Es el momento de poner en marcha el motor que nos lleve a la plena soberanía.
¿La izquierda abertzale y EA caminarán juntas de cara a las elecciones municipales?
Antes de las últimas elecciones autonómicas, sin saberse los resultados, EA hizo una apuesta soberanista. El que haya coincidencias con la izquierda abertzale no es gratuito ni puntual. Sin embargo, queremos dejar claro que en este momento lo más urgente para la izquierda abertzale no es llegar a las elecciones, estar presentes en los próximos comicios. Lo que vaya a suceder en un futuro ya se pensará en su momento. Creo que se equivocan los que dicen que nuestra única fijación es estar presentes en las elecciones. Eso es una lectura muy simplista, sin entrar en la raíz del problema. La izquierda aber-tzale considera vital que hay que dar pasos en favor de la soberanía. Hay que luchar por esa acumulación de las fuerzas soberanistas.
¿Cuáles son esos pasos?
Se necesita el acuerdo de todos los partidos de ámbito vasco sobre unos acuerdos mínimos con los que dar nuevos pasos. Es fundamental que hagamos los deberes entre todos. Es evidente que estamos a punto de abrir las puertas a otro escenario. La apuesta es decidida y lo hacemos con confianza.
¿Considera que en el PSE hay distintas sensibilidades?
El núcleo de decisión en este momento en el PSE lo tiene Ares y Patxi López como un mandado de Ares. En el PSE manda Rubalcaba y tienen pánico. Se ha demostrado con la reacción ante este documento. Tienen miedo a que se puedan confrontar distintas alternativas políticas. El PSOE y el Estado tienen miedo a la confrontación política. Han llegado a Lehendakaritza gracias un pucherazo y con el apoyo del PP. Tienen miedo a que haya un frente abertzale.
¿Considera que en Euskadi es mayoritario el sentir abertzale?
Está claro que la mayoría social de Euskal Herria es abertzale. Y de cara a ese frente abertzale, a nuestro entender, queramos o no, es clave la posición del PNV. Como partido tiene una gran responsabilidad, ya que la posibilidad de un acuerdo en clave de mínimos democráticos pasa por incluir al PNV. Un PNV valiente y que haga una apuesta.
¿Cómo valora la situación de los presos, que han realizado varias acciones de protesta?
Es uno de los problemas más sangrantes puesto que hay una vulneración sistemática de sus derechos. Hay que excarcelar a los presos que se encuentran enfermos graves y a los que han cumplido las tres cuartas partes de condena. Además, muchos están encarcelados por su actividad política. Pero siendo el de los presos uno de los problemas más graves, hay que recordar que están encarcelados por el hecho de que existe una vulneración de los derechos políticos de Euskal Herria.