Hoy mi visita ha sido mucho más amable que algunas otras que he tenido", concluyó, con su sonrisa eterna, apagando la amargura que supusieron anteriores viajes a Madrid. Juan José Ibarretxe presentó ayer en la capital del Estado sus memorias políticas, El futuro nos pertenece, escrito por Koldo Ordozgoiti. Y lo hizo al calor de un nutrido grupo de asistentes, gentes de a pie y numerosos rostros de la política, que le arroparon en la sala de actos de una céntrica librería de la villa. Con las maneras suaves pero firmes, seguras, el lehendakari no pudo evitar recordar el momento en el que el Congreso rechazó "sin negociar", el Nuevo Estatuto Político para Euskadi, más conocido como Plan Ibarretxe. Estas posturas de negación, así como la del TC con respecto al Estatut de Catalunya, responden, según palabras de Ibarretxe, no a rotundidad, sino a "la debilidad del Estado" a la hora de abordar estas cuestiones. Así, Ibarretxe recordó que el debate territorial está en la agenda política y social "hoy más que nunca".
En cualquier caso, y al hilo del cumplimiento del Estatuto de Gernika, Ibarretxe quiso aprovechar su comparecencia para felicitar al Grupo Vasco en el Congreso por haber logrado llevarse a Euskadi la transferencia de numerosas materias pendientes. "Sin duda, es relevante que se pueda liderar un país desde la oposición, como por otra parte, corresponde al partido político que ganó las elecciones en Euskadi", afirmó dirgiéndose a los diputados jeltzales que acudieron en la presentación.
Al lehendakari le preocupa que para finales de siglo las 5.000 lenguas, naciones y culturas que existen en el mundo queden relegadas a 500. Ibarretxe tachó este oscuro fenómeno de "genocidio cultural". "Solo hay una manera de hacer más rico lo universal y es que los que tenemos una cultura propia y diferente la podamos aportar", explicó al tiempo que subrayó que siempre ha reclamado profundizar en la identidad del pueblo vasco, "no en contraposición con el resto de las culturas, sino en convivencia con ellas". En este contexto, Ibarretxe tuvo un recuerdo para el pueblo saharaui, y criticó que la comunidad internacional, en especial EE.UU., Francia y también España, "miren para otro lado" ante lo que está ocurriendo en el Sáhara Occidental.
Asimismo, quiso subrayar que "los derechos históricos del pueblo vasco son la constitución del pueblo vasco". "Solo hay una posibilidad de suprimir o derogar los derechos históricos del pueblo vasco: sería suprimiendo la propia existencia del pueblo vasco, porque los derechos históricos son la expresión jurídica de la identidad de este pueblo", subrayó tajante
Ibarretxe mira con preocupación cómo en el mundo actual se está instaurando "la defensa del modelo neoliberal a ultranza", y destacó que el nuevo papel de Europa "va a estar directamente asociado a su capacidad de mantener los paradigmas del estado social". Por ello, como contrapunto a ese neoliberalismo, Ibarretxe aseguró que sigue trabajando en el modelo vasco, basado en el desarrollo humano sostenible "Se puede mirar al mercado sin dejar de mirar a las personas", explicó. Un modelo, que, tal y como explicó el lehendakari, descansa en la capacidad de ordenar, en el autogobierno, en la propia capacidad de decisión, en la identidad, en la innovación. "Raíces y alas...", explicó.
en buena compañía Los diputados del Grupo Vasco; el senador del PNV, Joseba Zubia; el diputado de CiU, Carles Campuzano o el senador del BNG, Pérez Bouza, fueron algunos de los asistentes a este acto. Además estuvo presente Pilar del Río, viuda de José Saramago, y autora del prólogo de la publicación. Pero el invitado más significativo fue, sin duda, Santiago Carrillo, que con pasito vacilante, gesto afable y acompañado de su mujer, acudió a la presentación. El que tuvo retuvo, y Carrillo hizo un discurso contundente a pesar de encontrarse mal, tal y como él mismo confesó a mitad de su intervención. "Es que soy muy viejo...", aseguró fatigado, pero sin perder la sonrisa.
Para Carrillo, el problema vasco no es ETA, "ese es un problema colateral", sino la cuestión del reconocimiento de Euskadi como nación. En este sentido, afirmó que no comparte la visión de "la derecha española" acerca del fin de ETA. " No se trata tanto de aplastar el terrorismo como de convencer a gentes que no acaban de entender que la libertad en Euskadi se puede conseguir más fácilmente con la lucha política que con las armas", afirmó. Carrillo consideró un error la Ley de Partidos, así como el hecho de que las Cortes no tomaran en consideración el debate del Nuevo Estatuto Político.