El 25 de mayo de 1902 Sabino Arana escribió el texto de un telegrama de felicitación al presidente estadounidense Theodore Roosevelt. Lo escribió en nombre del Partido Nacionalista Vasco. El texto era sencillo: “Roosevelt, Presidente Cuba Federación nobilísima que presidís, que supo liberarla esclavitud. Ejemplo magnanimidad y culto justicia libertad dan vuestros poderosos Estados, desconocido historia, e inimitable para potencias Europa, particularmente latinas. Si Europa imitara, también nación vasca, su pueblo más antiguo, que más siglos gozó libertad rigiéndose Constitución que mereció elogios Estados Unidos, sería libre. Arana y Goiri”. Este texto fue denunciado por el personal de telégrafos, y Sabino Arana fue encarcelado.
Según algunos historiadores, Sabino Arana veía claro que si Estados Unidos intervenía a favor de los vascos, Euskadi podía conseguir la independencia, al igual que Cuba. Y aunque fracasó en su intento del envío del telegrama, prosigue realizando gestiones en búsqueda de apoyos británicos, aspirando a convertirse en un protectorado inglés. “Me consta a ciencia cierta –decía- que muchos vizcaínos desean abandonar la condición política de españoles, para hacerse o súbditos de Inglaterra o ciudadanos de Estados Unidos, según cual sea la potencia que más ventajas de libertad y justicia les ofrezca…”. (No es la primera vez que en Euskadi se hacía este planteamiento: ya en el siglo XVIII Manuel Laramendi escribió algo muy similar).
El 10 de junio del mismo año 1902 Sabino Arana redactó en la cárcel el texto de otro telegrama, en esta ocasión dirigido a Robet Gascoyne Cecil, ex ministro y presidente del Partido Conservador: “Representando Partido vasco nacionalista felicito Majestad Británica por terminación guerra sudafricana, deseando que aquellos pueblos hallen ventajas bajo suave yugo Gran Bretaña y esperando que soberanía inglesa sea para ellos antes protección que dominación”. Arana Goiri. El texto fue retenido por sus compañeros para evitar más represalias del Gobierno.
Pero junto a Sabino Arana había otros nacionalistas que valoraban la relevancia de las relaciones internacionales. Y con esta perspectiva, los concejales nacionalistas de Bilbao saludaron a la fragata argentina Sarmiento que llegaba a su puerto el día 5 de junio de 1902 con un escrito, en cuya parte final decía: “Bienvenida sea la fragata Presidente Sarmiento. Bien venidos los nobles argentinos que la han guiado hasta el vasco golfo y dado fondo en puerto vizcaíno. Mensajera de paz y amor, sabrá el Atlántico, del Ocaso al Oriente, unir en estrecho lazo a la República que es, con la que fue; sea portadora a su regreso, a través del océano, del grito de entusiasmo con que ofrecemos el fraternal abrazo. ¡Viva la República Argentina! ¡Viva el Pueblo Vasco”.
Esta declaración de amistad vasco-argentina fue denunciada y el gobernador de Bizkaia ordenó la suspensión en sus funciones a diez concejales que suscribieron el texto.
Nos es fácil comprender que la amistad con un país que ha brindado su acogida a tantos miles de emigrantes vascos/as sea constitutivo de delito. Pero así fue.
Josu Legarreta
Lega.loa@euskalnet.net