Uxue Barkos lamenta la salida de EA de NaBai, que atribuye a que ha priorizado sus acuerdos con la izquierda abertzale a su presencia en la coalición. No obstante, la candidata de NaBai al Ayuntamiento de Iruñea cree que "hay tiempo para recuperar la ilusión y luchar por el cambio"
La Diputada y candidata de Nafarroa Bai al ayuntamiento de Iruñea
Uxue Barkos ha dicho: "Es EA quien ha decidido salir de NaBai"
Ibai Fernandez - Domingo, 20 de Febrero de 2011 -
Iruñea. No ha sido un mes fácil para Uxue Barkos. La salida de EA de Nafarroa Bai, las negociaciones con el resto de partidos y un debate que en ocasiones ha girado sobre su propia figura han hecho que la diputada haya estado a punto de dar un paso atrás en la coalición. "Llegué a tirar la toalla", admite Barkos, ratificada ya como candidata de NaBai al Ayuntamiento de Iruñea, y que sigue porque mantiene "toda la ilusión" en un proyecto político en el que participa desde su fundación en 2003. Barkos, no obstante, hace autocrítica y admite que quizá el debate interno no se ha desarrollado de la mejor manera. "Vamos a trabajar mucho para merecer la bandera de la ilusión por el cambio que portamos en 2007, y que sin duda todavía existe en la sociedad", sostiene la aspirante a la alcaldía, que cree que el reto ahora es "hacer ver a la sociedad todo lo que se ha hecho bien estos cuatro años, con lealtad y con actitud positiva entre todos los integrantes de NaBai".
¿Cómo interpreta los cambios que ha habido en la coalición?
Han sido fruto de un cúmulo de circunstancias, pero al final es la voluntad la que finalmente define a las partes. Así que la responsabilidad no puede ser de todos por igual. Aquí hay quien ha optado por seguir en NaBai y quienes han decidido tomar otro camino.
¿Cuáles son las diferencias que han impedido el acuerdo?
No podemos obviar que ha habido apuestas políticas claras de algunos partidos, y no precisamente por NaBai. Es evidente en el caso de Ba-tzarre, y también en el de EA. Introducir en el debate, sí o sí, la entrada de Batasuna en NaBai cuando nunca lo ha pedido, y hacerlo con la insistencia que lo ha hecho, expresa la falta de voluntad de la dirección de EA por seguir en la coalición. Su apuesta política era otra.
¿Y la salida de EA?
Yo lo tengo claro. Es EA quien ha decidido salir de NaBai. Lo único que se le pidió fue que sus acuerdos estratégicos con la izquierda aber-tzale no supeditaran la acción de NaBai en el periodo 2011-2015 en el Parlamento y los ayuntamientos. Es algo a lo que nos hemos comprometido todos los demás, y lo mínimo que se le puede exigir a un socio de coalición. Lo contrario sería dar un mensaje equívoco a la sociedad. La apuesta por NaBai ha de ser clara. Además, hay unos plazos que cumplir, y algunos parecían interesados en seguir retrasándolo todo.
¿Cree que los votantes de NaBai entienden lo que ha ocurrido?
No sé ni si la sociedad lo puede entender, y ni siquiera sé si tenemos derecho a pedirle que entienda algo que seguramente le resulta secundario. Y comprendo el enfado de aquellos que creen que el cambio es más urgente que nunca, y que nos exigen que tengamos la herramienta pulida y dispuesta para trabajar por él. Ahora habrá que bruñirla de nuevo, pero será lo más potente, capaz y útil posible para lograr ese cambio que nos tocaba liderar, y que debemos liderar. La apuesta de NaBai es clara, y está donde siempre estuvo.
¿Hay diferencias entre la NaBai de 2007 y la de 2011?
Pocas. Lo más importante es que mantiene la ilusión de que el cambio es posible, y creo que sigue habiendo motivos para el optimismo. La ilusión que generó NaBai existe todavía, y hay quienes sí son acreedores de llevar esa bandera. En Ribaforada, por ejemplo, tendremos una candidatura. No van a salir como champiñones, pero es una de las mejores expresiones del trabajo que debemos hacer a partir de ahora.
¿Le preocupa que el debate interno pueda tener un coste electoral?
No creo que sea el momento de hacer una proyección electoral porque no nos va a dar buen resultado. Seguro que si preguntamos hoy en la calle, muchos ciudadanos nos mandarían no sé donde. Y con razón. Pero no es lo que nos tiene que preocupar ahora, sino presentar el mejor programa y los mejores equipos para lograr la confianza de los ciudadanos y liderar el cambio. En esa fase estamos. Lo que ha pasado, ha pasado.
¿Cree que se puede resentir la representación municipal?
Puede que la división haga peligrar algunas alcaldías, y ese es un motivo muy serio de reflexión. Pero no creo que haya tantos motivos para ser pesimistas. Debemos reivindicar sin complejos que, más allá de lo ocurrido el último mes, el trabajo de estos cuatro años ha sido bueno.
¿Cómo van a plantear la campaña?
Todavía es pronto. Ahora no se trata tanto de pedir el voto, sino de ofrecer compromisos, y hacerlo con seriedad y rigor, explicando las nuevas políticas fiscales, las apuestas de inversión en sanidad o educación. Sin florituras y diciendo que podemos salir de esta. Evidentemente, no con UPN, que nos ha traído hasta aquí. Ojalá se hubieran aprovechado las vacas gordas. No ha sido así, pero puede ser ahora. Y para eso es importante recuperar la credibilidad de quienes estamos en este proyecto, en las siglas de NaBai y donde nos toque a cada uno.
¿Y qué propone NaBai?
Hay que ambicionar proyectos económicos que nada han tenido que ver con lo anterior. Debemos ofrecer a los ciudadanos respuestas concretas ante la crudeza de la situación por la que estamos pasando, lo contrario sería no entender la política.
¿Por ejemplo?
Es prioritario revisar nuestra infraestructura fiscal, que no tiene por qué gravar a los de siempre. Hay fórmulas que funcionan magníficamente, en las que se sanciona la economía especulativa. Y Navarra lo puede hacer. Lo que no vale es ir paseándose por el mundo desplegando las plumas del Convenio como un pavo real, y luego no utilizar la herramienta. Tenemos autonomía fiscal, así que seamos más ambiciosos y propongamos soluciones.
Han podido ser acertadas o no, pero UPN ha planteado diversas medidas.
UPN ha hecho lo que ha hecho, y ahí están los resultados. No hay más que ver los datos del paro, sobre todo en el sector industrial, que es el que sustenta nuestro sistema de una manera importante. En política fiscal se ha dedicado a copiar al Estado, y al final han tenido que ir deprisa, corriendo y mal a Madrid a renovar una parte del Convenio porque no les salían las cuentas.
¿Quién es el rival electoral de NaBai?
Evidentemente, UPN.
¿Y qué le parece Yolanda Barcina como candidata?
Personalmente, creo que es una mujer que ha sabido labrarse una carrera política en tiempos de vacas gordas y con mayorías absolutas. La pregunta ahora es si es la persona que Navarra necesita en tiempo de vacas flacas y sin mayorías.
Entiendo que usted cree que no.
La duda se me despeja cuando veo que en el momento en el que ha tenido que exponer su proyecto sólo exhibe leña a lo vasco. Puede que a Sanz le fuera muy bien mezclar abertzalismo con terrorismo, pero parece que no se han enterado, ni estos ni los del otro extremo, de que una crisis como esta desplaza los centros de atención. Es irresponsable hacer de eso el eje de su oferta política, debería poner sobre la mesa proyectos concretos, pero más allá de fotos, nada de nada.
¿Y el PSN es un socio de viaje hacia el cambio o rival electoral?
El PSN, hoy por hoy, es un rival electoral. Es el responsable de abortar el cambio en 2007, y todos sabemos de la ductilidad del aparato del PSN para decantar la balanza hacia un sitio u otro. Dependerá de qué conviene a la estrategia estatal. Así que, más allá de lo ocurrido estas semanas, NaBai sigue teniendo la responsabilidad de liderar ese cambio.
¿Electoralmente, les beneficia la ilegalización de la izquierda abertzale?
Con la izquierda abertzale ya competimos en 2007 en muchos municipios, y ahí están los resultados. En cualquier caso, la izquierda abertzale tiene que estar en las elecciones porque no se le puede hurtar ese derecho a la sociedad, lo contrario sería una expresión de debilidad democrática. Además, desde un interés políticamente egoísta, sería muy sano confrontar ambos proyectos. Sería revelador.
¿Cómo ha vivido personalmente este proceso? Su nombre ha estado en el centro del debate.
Tengo muy claro que lo que me ha tocado vivir, por doloroso, duro y difícil que haya sido este último mes y medio, queda en la memoria. Y allí seguirá por lealtad a la militancia de EA en Navarra. Me han demostrado mucho, y les sigo teniendo el mismo respeto.
¿Ha pensado en tirar la toalla?
Sí, y no solo me dieron ganas, de hecho llegué a tirar la toalla. A lo mejor no es políticamente correcto decirlo, pero creo que es humanamente comprensible. En cualquier caso, nunca pensé en abandonar el proyecto, pero sí quedarme en un segundo plano.
¿Tuvo algo que ver que Pello Urizar le dijera que no cumplía el perfil de EA para candidata en Iruñea?
No es una cuestión de listas. Lo importante es el proyecto, y una coalición no puede ser una simple suma de fuerzas. Debe ser un proyecto estratégico con unas bases sólidas. Y cuando EA decide dejar la coalición me pareció que el resultante no era el adecuado.
¿Y por qué cambia de opinión?
Porque llegamos a un acuerdo. Lo más importante es que se reconoce que el proyecto tiene un contenido político de carácter estratégico. A largo plazo. Además, durante los próximos meses se va a vincular orgánicamente la presencia de los independientes, de forma que exista un espacio de trabajo común entre afiliados a los partidos y los independientes que quieren estar vinculados con Nafarroa Bai. Esa convivencia es fundamental, porque un escenario de trabajo común hubiera solventado muchos problemas.
También ha podido designar al número dos de la candidatura en Iruñea. ¿Por qué Iñaki Cabases?
Porque es alguien de confianza, y se le ofreció participar en el proyecto aun siendo de EA. Para mí su presencia es fundamental para dar continuidad al proyecto que iniciamos en 2007, como lo son también Aritz Romeo o Itziar Gómez. Es verdad que la situación no es la de 2007, pero la voluntad es que lo siga siendo.
Javier Ayesa, sin embargo, ha optado por seguir en Eusko Alkartasuna. ¿Le ha dolido?
Ha sido un momento desagradable, pero que sé que va a pasar. Javier es muy buen amigo, un admiradísimo concejal y un hombre de cuya lealtad nunca he tenido dudas. Si nos encontramos en el futuro sé que habrá lealtad, honradez y amistad.