lunes, 17 de enero de 2011

El euskera "conquista" el Senado

Nacionalistas vascos, catalanes y gallegos emplearán su lengua propia en las sesiones plenarias y el debate de mociones
Iñaki Anasagasti hablará mañana, en euskera, sobre la situación de Sudán
Lunes, 17 de Enero de 2011 -

Bilbao. Por primera vez en la historia de la democracia los senadores vascos, catalanes y gallegos podrán dirigirse a sus señorías en la Cámara Alta empleando sus respectivas lenguas como idioma vehicular de sus intervenciones. Coincidiendo con la celebración del primer pleno de 2011, la reforma reglamentaria impulsada por 34 senadores nacionalistas entrará en vigor mañana mismo, con la intervención en euskera del senador jeltzale Iñaki Anasagasti, quien responderá en esta lengua a una moción presentada por el PP sobre la situación actual de Sudán.

Pese a este gran paso para que las lenguas cooficiales recuperen el peso y el reconocimiento perdido en el Senado, lo cierto es que esta no va a ser la primera vez que en la Cámara Alta se escuchen el euskera, el catalán o el gallego- su uso estaba legitimado en las sesiones de la Comisión General de Comunidades Autónomas- pero sí introduce la novedad de que los senadores puedan emplearlas para expresarse en sesión plenaria. Es decir, solo se podrán utilizar durante el debate de mociones y nunca en el control al Gobierno ni en el debate de iniciativas legislativas.

Para que los senadores que no se desenvuelven en estas lenguas puedan tener conocimiento del transcurso de la sesión, la Cámara habilitará un sistema de traducción simultánea que estará compuesto por los interpretes que traducirán al castellano las distintas exposiciones y que tanto senadores como periodistas podrán seguir a través de los 400 auriculares con los que cuenta la sala. En concreto, siete interpretes serán los encargados de permanecer en todo momento en el hemiciclo -dos para el euskera, tres para el catalán y dos para el gallego- para traducir al castellano las intervenciones de los senadores que empleen estas lenguas, aunque no lo harán al contrario ya que los discursos en castellano no se traducirán en las tres lenguas.

Para ello, el Gobierno español tiene previsto destinar cerca de 350.000 euros -tal y como se recoge en los presupuestos generales de 2011- con objeto de poder sufragar los costes del servicio de traducción simultánea que ascienden a algo menos de 12.000 euros por cada sesión.

Valoraciones políticas A falta de un día para que entre vigor la nueva reforma, los defensores de esta propuesta hablan ya de "avance histórico" a la hora de valorar el acercamiento de las lenguas cooficiales al Senado. "Es un hecho histórico para Catalunya porque supone un reconocimiento de España y del Senado, que es la cámara donde están representados los diversos territorios", explicaba Ramón Aleu portavoz de la Entesa Catalana de Progrés, donde están integrados PSC, ICV y ERC.

Desde el PNV, sin embargo, prefirieron mantener cautela aunque no ocultaron su satisfacción por este avance. "No cabe duda de que es una buena noticia, pero nada más; es un paso importante pero todavía queda el paso definitivo: poder utilizar el euskera en todos los debates del Senado", explicaba a DEIA Iñaki Anasagasti.

Mientras que desde el PSOE optaron por guardar silencio, el PP volvió a evidenciar sus discrepancias con esta medida aduciendo que supone un gran coste para las arcas públicas desembolsar 12.000 euros cada vez que se utilicen estas lenguas en el hemiciclo. De hecho, según explicó a este periódico el propio Anasagasti, varios senadores populares han decidido renunciar al sistema de traducción en protesta por tener que escuchar los debates en euskera, catalán o gallego. "Si se mide por la rentabilidad económica, habría que suprimir muchas cosas de la familia real. O se es demócrata y se reconoce que además del castellano hay otras tres lenguas cooficiales o que se quite de la Constitución que el Senado es una cámara de representación territorial", explicaba ayer el senador jeltzale.

Por último, el portavoz de CIU en la Cámara Alta, Jordi Vilajoana, aseguró que este cambio se produce con "absoluta normalidad", aunque matizó que llega 33 años tarde. "No tiene mucho sentido que en una Cámara que representa los intereses de diversos territorios no se puedan utilizar las lenguas que se hablan en esos mismos territorios", puntualizó Vilajoana.