El pacto PSOE-PNV permite el desarrollo completo del Estatuto
Es la primera vez que el Estado reconoce que hay materia para transferir en la gestión del régimen económico de la Seguridad Social
Bilbao. "Tengo que decir con satisfacción que lo conseguido hoy es un paso determinante, definitivo, para encarar el cierre del Estatuto". Un Iñigo Urkullu radiante presentó ayer el acuerdo que culmina un camino iniciado hace ahora 31 años. Es el sprint final. Después de retrasos, incumplimientos y negaciones, los jeltzales lograron arrancar ayer un paquete de transferencias de ejecución inmediata -20- y el compromiso de estudiar la fórmula de aplicación de otras siete y, una vez encontrada esa fórmula, aplicarla. Un compromiso que supone un cambio de rumbo en la actitud que históricamente ha mantenido el Estado. El mejor ejemplo: es la primera vez que un Gobierno español reconoce que hay materia que transferir en la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. El 15 de octubre se ha convertido en una de esas fechas clave en la historia vasca. El punto de inflexión hacia el cumplimiento pleno del Estatuto de Gernika.
Parecía que el acuerdo estaba hecho pero no fue tan fácil como se suponía. Se complicó. La reunión de ayer comenzó con retraso, porque el portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, llegaba de una entrevista. Eran las diez de la mañana. Junto a Alonso, el ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, componía la delegación socialista; Josu Erkoreka, portavoz del PNV en el Congreso, y Pedro Aspiazu, diputado de esta formación y experto en temas económicos, la jeltzale. Las perspectivas eran buenas. El día antes, el intercambio de documentos fue frenético y, a pesar de los flecos -importantes- por resolver, todo el mundo daba por sentado que sería cuestión de poco tiempo. Lo fue de mucho tiempo. Idas y venidas de la primera a la sexta planta del Congreso -del despacho de Chaves al del Grupo Vasco-, papeles, cambios de última hora... Tensión, mucha tensión. Y llamadas. Entre Urkullu y Zapatero. De Urkullu a Erkoreka. De Zapatero a Chaves y luego a Alonso, para acabar de nuevo telefoneando a Chaves. Esta última fue la definitiva. La pluma estaba lista para rubricar un pacto histórico para el autogobierno vasco.
El plazo para la presentación de las enmiendas a la totalidad ya había expirado cuando socialistas y jeltzales estamparon su firma en los papeles. Por mucho que el portavoz del PSE, José Antonio Pastor, se empeñara a las dos y diez de la tarde en hablar abiertamente de que ya había pacto, éste no llegó hasta pasadas las tres y media. Pastor patinó ahí. Y también al asegurar que el PSE participó en la elaboración de la última oferta al PNV dentro de la negociación. El portavoz del PSE dijo que Rodolfo Ares, Txarli Prieto, Iñaki Arriola y él mismo se reunieron el jueves con Alonso para "matizar y ultimar el documento final". Entre su erróneo anuncio de pacto y la firma definitiva del mismo, se produjeron al menos cuatro cambios en el texto sobre el que trabajaban en Madrid socialistas y jeltzales. Y el definitivo incluye veladamente el Guggenheim Urdaibai, un proyecto que el PSE y el Gobierno de Patxi López han denostado.
lo económico y lo histórico El acuerdo suscrito por PSOE y PNV recoge otros tres proyectos estratégicos -TAV, fuente de espalación de neutrones y plan de la Bahía de Pasaia-, además de 112 millones para inversiones directas y la presencia de Euskadi en el Ecofin, el órgano que decide en la Unión Europea los asuntos económicos y financieros. Pero alcanza su mayor dimensión en los referido al autogobierno. Es ahí donde reside su carácter histórico, como recordó Urkullu.
Veinte transferencias inmediatas: las tres acordadas en septiembre -políticas activas de empleo, Formación Profesional ocupacional y continua e Instituto Social de la Marina- se harán efectivas el 1 de enero de 2011; nueve más en el primer semestre del año que viene y otras ocho en el segundo semestre. Y siete más sujetas al compromiso de estudiar cómo se ejecutarán. La inclusión entre ellas del régimen económico de la Seguridad Social ejemplifica a las claras la relevancia del acuerdo. "Esto hasta ahora era pecaminoso incluso mencionarlo", aseguró Erkoreka, que compareció junto a Urkullu para presentar el acuerdo.
El compromiso de buscar las fórmulas de traspasar estas últimas materias es extensible a las que no se citan textualmente en el acuerdo -prisiones, por ejemplo-. Así lo explicó el líder jeltzale, aludiendo a un párrafo del documento firmado: "Asimismo, explorará el resto de materias pendientes de desarrollo al objeto de resolver -subrayó resolver- sobre su traspaso o, en su caso, la adopción de las iniciativas o instrumentos de colaboración correspondiente".
La resolución de todas las transferencias pendientes se realizará a través de una comisión bilateral compuesta por tres miembros de cada parte que se reunirá con periodicidad establecida. Las más inmediatas, las que se harán efectivas el próximo 1 de enero, se realizarán tras la reunión de las Comisiones Mixtas de Transferencias y de Cupo antes de finalizar la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado. Y para que no pueda quebrantarse ninguno de los aspectos recogidos en el pacto, ambas partes crearán una segunda comisión bilateral para su seguimiento y evaluación, lo que supone una segunda garantía bilateral para observar su cumplimiento y también "remover los obstáculos que impidan su estricta ejecución".
Desarrollo estatutario y garantías para su cumplimiento se dan así la mano en un acuerdo con el PSOE "exclusivamente presupuestario" -recalcó Urkullu- que busca "el mejor trabajo para la defensa de lo que corresponde a Euskadi, de lo que le es debido y la defensa de proyectos estratégicos que ayudan a salir de la crisis y desarrollar el bienestar de la sociedad vasca". "No es un acuerdo para el PNV, sino para la sociedad vasca", enfatizó.
La contrapartida al mismo, aseguró el líder jeltzale, es sólo el apoyo a las Cuentas. "Alcanzado el acuerdo, tenemos las manos libres para actuar en el ejercicio político en las Cortes Generales del Estado. No nos ata ningún compromiso con el Gobierno de Zapatero", indicó Urkullu. "No hay un listado cerrado de iniciativas tasadas respecto a las cuales el apoyo del PNV sea fijo", subrayó Erkoreka ante la insistencia acerca de si los jeltzales se verán obligados a respaldar cuestiones que no son de su agrado. Y advirtió de que si no se cumple el pacto "puede ocurrir cualquier cosa en 2011".
Y es que ese apoyo presupuestario entraña en sí mismo un regalo: tiempo, el de la legislatura. Un tiempo que Urkullu llamó a aprovechar para avanzar en dos cuestiones que, aunque no aparecen en el acuerdo entre socialistas y jeltzales, resultan fundamentales para el PNV. "Es una oportunidad que nadie debería desaprovechar para profundizar en la pacificación y normalización política, desde la necesaria conciencia de que la mayoría social en Euskadi es la que es".