El lehendakari ofrece en una conferencia en la Eurocámara sus recetas para hacer frente a la crisis.
Bruselas. Si alguien esperaba datos y más datos explicando el por qué del éxito de la economía vasca frente a la renqueante del Estado español de José Luis Rodríguez Zapatero, que sin duda los ofreció, o críticas frente a la actual gestión socialista del Gobierno vasco, que ni mencionó, puede que saliera desilusionado de la conferencia que ayer ofreció en el Parlamento Europeo Juan José Ibarretxe. Pero nada más lejos de la realidad. El lehendakari transmitió, con toda la pasión que sin duda siente en su nuevo papel de docente, por qué la economía vasca ha conseguido triunfar y capear la crisis en mejor situación que muchas regiones y países. Y lo hizo recalcando el papel que ha jugado en Euskadi la innovación, la internacionalización, la formación y, sobre todo, un modelo de desarrollo basado en la identidad.
"El caso vasco ha demostrado que se puede mirar al mercado sin dejar de mirar a las personas. No es verdad el planteamiento neoliberal de que es el orden natural de las cosas tengamos que aceptar. Las cosas se pueden cambiar y hacer de otra manera", advirtió durante la audición organizada por el grupo de los Liberales Europeos. Y en el caso de Euskadi reconoció que el éxito se debe al autogobierno y la mayor capacidad por desarrollar la riqueza y el bienestar, a la formación, y a la innovación y la internacionalización. En este sentido, recordó que profundizar en la identidad "no sólo es defender un proyecto político legítimo, sino sobre todo es la garantía en cualquier lugar del mundo para lograr un desarrollo sano y económico sostenible" porque "está directamente ligado con la capacidad de profundizar de las personas, de las empresas y de los pueblos".
Por eso, su receta y la receta del futuro pasa por la "I+D+i+k". Una k de euskera y de cultura -porque según explicó en euskera se escribe con k- y porque cada pueblo, dijo, tiene que poner su propia k. "Puedes recibir muchísimas experiencias en relación con la I+D+i pero los valores y la cultura son consustanciales con cualquier proyecto político, económico y social sano. Si nosotros desde el pueblo vasco hemos desarrollado un proyecto razonablemente sano y equilibrado es como consecuencia de que hemos profundizado en nuestra identidad". Como muestra, los datos económicos que avalan la trayectoria de Euskadi. Una renta per cápita que en 2007 alcanzaba el 138% de la media de la UE, 22 puntos más que en 1998, frente a la moderada evolución española, que del 95,6% a finales de la década de los noventa apenas llegó al 106,9% hace tres años. Pero, sin duda, el dato más elocuente al que se refirió el lehendakari Ibarretxe fue el del índice de desarrollo humano de Naciones Unidas que situó a Euskadi nada menos que en tercera posición en 2007, sólo por detrás de Islandia y Noruega.
Durante casi 45 minutos, en euskera, castellano e inglés, repasó la situación económica mundial de crisis a través de las miradas de ilustres personalidades del ámbito de la cultura, la economía o la política. Recordó las palabras de Amin Maalouf, que dijo que "hemos entrado en este siglo nuevo sin brújula", y advirtió que lo que hay que hacer ahora no es arreglar la economía, sino construir un nuevo mundo y una nueva realidad "en el que nos sintamos acogidos y no anulados o ninguneados", en el que luchemos contra una crisis que es ante todo "un desastre ético", que ha globalizado la violencia como método para resolver los conflictos y que tiene su máximo exponente en Irak. "Globalizar la violencia y no los derechos humanos es una de las mayores equivocaciones que estamos cometiendo en el siglo XXI", apostilló para finalizar.