No hay fronteras que detengan las ideas. Ni éstas permanecen estáticas. Evolucionan continuamente. Así ha ocurrido con el concepto “poder”: aquella concepción de que el poder del Papa y del Rey procedía de Dios, ha tenido varias transformaciones: en la segunda fase se decía que después de Dios, viene el Pueblo; y desde esta concepción surgen las reivindicaciones revolucionarias de sistemas más democráticos. En los tiempos actuales de desacralización, ha desaparecido incluso la referencia del origen divino y se afirma directamente que el poder reside en el Pueblo. Aún así, no debemos olvidar que no venimos de la Democracia, sino que vamos hacia ella: nuestras Democracias tambien son perfeccionables..
Surge, pues, en el siglo XIX la “moda” de los nuevos Estados, de las nuevas Naciones, con dos perspectivas conceptuales distintas: para el nacionalismo jacobino que proviene de la Revolución Francesa (1789), Nación es un conjunto de individuos que voluntariamente se asocian conformando un país. Sin embargo, frente a este modelo francés, la concepción alemana está fundamentada en la existencia previa de realidades como la raza, la lengua, las costumbres, la Cultura...
En España, surgen en ese mismo siglo XIX diversos movimientos nacionalistas. Y tanto el catalán como el vaso actúan según el modelo alemán, aunque el historiador Jean-Claude Larronde en su obra sobre el Nacionalismo Vasco recalca que Sabino Arana “nunca se ha referido a nacionalistas germánicos”.
Desde esta opción filosófica, Sabino Arana planteará sus objetivos y estrategias. A pesar de la “moda nacionalista” del siglo XIX, es justo reconocer su originalidad. Sólo él fue capaz de definir un modelo de nación independiente, a semejanza de otros muchos países de Europa y América que poco antes había conseguido constituirse en Estado/Nación.
Sus planteamientos eran muy diferentes de los foralistas, y en nada se parecían a los de otros intentos políticos como el de la Constitución Futura de Navarra del Partido Democrático Federal navarro (1883), que en su proyecto proclamaba que: “Navarra, dentro de sus actuales límites, se constituirá en Región, porque está dispuesta a admitir la libre incorporación de los territorios de La Rioja, Vascongadas y Sexta Merindad de Ultrapuertos (hoy Francia) que antes fueron navarros”. (En la actualidad hay quien se extraña de que el Estatuto de Autonomía de Euskadi diga algo similar, aunque a la inversa).
Evidentemente, para Sabino Arana ser amante o partidario de los Fueros no significa ser nacionalista.
J.L. Bilbao