Sabino Arana nace en una familia burguesa de Bilbao, de ideología carlista. Confiesa que él mismo se sintió carlista, aunque temporalmente, hasta que su hermano Luis le convenció con sus teorías nacionalistas.
Aun siendo esto así, no merece la pena de tener en cuenta las críticas de quienes le acusan de este su origen. Es como intentar desprestigiar, por ejemplo, al fundador de las Juventudes Socialistas de España, Tomás Meabe, por haber militado como nacionalista, afiliándose posteriormente en el PSOE.
Tampoco resulta de interés especial llegar a conocer si fue su hermano Luis o fue algún profesor jesuita quien le imbuyó las ideas nacionalistas. Sabino Arana era un hombre culto y como tal no dudo que tuviera conocimiento amplio de los movimientos nacionalistas de la época en Europa y América. Dado el desastre económico y social de España, no le resultó nada difícil dar intelectualmente el salto ideológico y plantear un programa de actuación para Euskadi. Para ello, en la fundamentación teórica de sus objetivos políticos parte del análisis de por qué los vascos no son españoles y cuál es el significado real de los Fueros Vascos-Nabarros.
Respecto a la primera cuestión, la lectura de sus textos puede convencer a unos y crear rechazos en otros. Para entenderle, sería recomendable reflexionar cómo pensaba sobre este mismo tema la ciudadanía de cada uno de los territorios coloniales. Jurídicamente la nacionalidad se puede definir una u otra forma, pero desde el punto de vista de los sentimientos y de la fundamentación de un proyecto ideológico no hay duda que las argumentaciones pueden ser de índole diversa. Y desde esta perspectiva no dudó en negar que fuera español. Los vascos –decía- no son españoles.
Fue similar el caso de su interpretación de qué eran los Fueros: mientras para algunos –incluso hoy-, el término fuero significa privilegio, para Sabino Arana “los fueros vasco navarros no son privilegios, sino instituciones: son leyes propias de estos pueblos libres con libertad originaria, creadas libremente y con soberana potestad por ellos mismos para sí mismos, sin ingerencia de poder extraño. Cuando las diversas regiones que hoy conforman España “se refundieron en un solo, sus leyes propias pasaron a ser privilegios. Por lo tanto,-dice- “que nadie quiera negarnos nuestro nombre de nacionalistas, pues no nos contentamos con ser tristemente vascongados”.
Sabino Arana conoció fueristas del sector carlista (conservador) y fueristas liberales, partidarios todos ellos de lo que hoy podrían algunos denominarlos como autonomistas, partidarios de que Euskadi tuviera su propio sistema político organizativo, pero dentro de España. Su planteamiento, sin embargo, inicialmente fue más radical, fue independentista. En escritos próximos comentaremos su evolución ideológica.
Josu Legarreta
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