viernes, 22 de abril de 2011
LA PAZ Y EL DERECHO A DECIDIR NOS UNEN
DECLARACIÓN DEL ABERRI EGUNA 2011
UDALBILTZA®, la institución nacional de electos municipales de Euskal Herria, se formó en febrero de 1.999 en el acto que reunió a 317 alcaldes y representantes municipales.
Dos meses después, en la declaración que hicieron con motivo del Aberri Eguna, constataron el especial momento histórico que se vivía: el proceso político que traería “la verdadera paz y democracia” y derivado de ello, “el momento de aunar fuerzas”.
Udalbiltza® empezó su andadura tras el acuerdo de Lizarra-Garazi y el anuncio del alto el fuego de ETA, en el momento en que parecía que la paz era posible a través del trabajo en equipo.
No ocurrió, sin embargo, así. No conseguimos la paz. Muy al contrario, ETA rompió el alto el fuego y reventó el proceso de paz frustrando el deseo y el mandato de los euskaldunes. Retrocedió a la violencia del pasado y en enero de 2000 volvió a asesinar cruelmente, sembrando la aflicción y la cólera de las personas y del pueblo.
En nuestra historia, en la historia de Euskal Herria, estos sucesos son los que han quedado grabados. Doce años después, en este Aberri Eguna 2011 que ahora celebramos, podemos comparar estos sucesos con los que vivimos actualmente. Hoy también esta viva la esperanza de conseguir la paz. Nos atrevemos a decir más: nunca nos hemos sentido tan cerca de la paz definitiva. Hoy en día no se percibe la alegría y la impaciencia que se esfumó en el 98, no han pasado en vano todo lo acontecido en estos años. A pesar de todo, es evidente algo nunca visto hasta ahora: ya no hay ninguna fuerza política abertzale que acepte la vía violenta y la vía política conjunta.
Los acuerdos de Lizarra-Garazi tuvieron también otras consecuencias. Junto con el alto del fuego de ETA un movimiento nunca ocurrido hasta ese momento fue posible: el trabajo conjunto entre abertzales. Por primera vez, el propio Lehendakari, Juan José Ibarretxe, firmó la declaración de colaboración que suscribieron todos los partidos abertzales en el Parlamento Vasco en 1999. Pero las fuerzas españolas no estaban dormidas. Se aterraron al ver los pasos que se tomaban en las instituciones democráticas vascas. Asi, los partidos de españoles, al constatar que Euskadi se alzaba como pueblo, acordaron la “Estrategia de Estado” para contrarrestar el abertzalismo euskaldun y en consecuencia, PSOE y el PP firmaron el Acuerdo Antiterrorista. El objetivo, según las palabras de sus firmantes, es la de luchar contra ETA, pero la finalidad del acuerdo no fue nunca solamente contra ETA, muy al contrario, también se mencionaban los partidos abertzales del momento, declarando que los “partidos democráticos” sólo podían moverse dentro del ámbito de la Constitución española. Esta y todas las decisiones tomas como resultado de ello son la esencia del Acuerdo Antiterrorista, empezando por el cambio de la Ley de Partidos hasta la operación que culminó en que Patxi López fuera Lehendakari: rechazar la personalidad como pueblo a Euskal Herria y sus derechos y negar al abertzalismo su razón de ser.
Conocemos lo ocurrido en estos años. La Estrategia de Estado, las ilegalizaciones, el detrimento de los ámbitos democráticos, la judicialización de la política y la politización de la justicia y el pacto blindado entre la derecha y los socialistas de España. Esto sólo pasa en Euskal Herria, en Navarra y en la Comunidad Autónoma, en ningún otro sitio más. El Partido Socialista y el Partido Popular – o como en Navarra, la derecha españolista de UPN- así confirman así lo que continuamente niegan: la particularidad de Euskal Herria.
Ante el “perfeccionamiento” de las estrategias tomadas desde el 2000, el Lehendakari Ibarretxe centro su política en el derecho a existir de nuestro Pueblo y la decisión sobre su futuro. Tras las aprobaciones por parte del Parlamento Vasco de la Ley del Nuevo Estatuto y la posterior Ley de Consulta, España rechazó ambas, despreciando así el deseo de la mayoría de la sociedad vasca. La actuación de España, ante el clamor de la democracia y de los derechos de este pueblo, siempre ha sido la prohibición.
Esa estrategia de estado antidemocrática, opresora, negacionista y prohibicionista tiene en la actividad armada de ETA una buena colaboradora. En todos estos años ETA le ha dado al Estado el arma dialéctica para negar la legitimidad del abertzalismo.
El nuevo giro que ha tomado la izquierda abertzale - ¡ya era hora!- nos ha colocado frente a un escenario desconocido hasta ahora. En el Aberri Eguna de 2011, no habrá sitio para las amenazas e imposiciones de ETA. En 1977, hace ahora tres décadas, la gran mayoría del movimiento abertzale dijo ante el pueblo que no había otro camino más que el democrático. Desde entonces todos han ido por esa vía, y la constatación de que el pueblo sigue por ese camino ha traído como consecuencia la firme decisión de la izquierda abertzale en el 2010. Aunque tarde, bienvenido a las razones que este Pueblo ha pedido reiteradamente. Tenemos, de hecho, mucho que celebrar en este Aberri Eguna.
Pero todavía tenemos un largo camino que recorrer. Queda mucho todavía para hacer las paces, para la reconciliación, para aprender a respetar a las personas y las ideas políticas, para reconocer todos los derechos de todos los ciudadanos. Las pasadas actitudes autistas de unos cuantos, la intolerancia y el sectarismo, tendrán que quedar atrás, para que la convivencia se base en el respeto mutuo.
Somos un pueblo pequeño. Nos tienen divididos entre los estados de España y Francia. Las fronteras políticas y administrativas obstaculizan nuestra colaboración. La diversidad que caracteriza al siglo XXI también se da entre nosotros. Pero el futuro de Euskal Herria, basándose en su historia, cultura y personalidad propia, sólo podrá construirse con la voluntad, la libertad, el convencimiento y la legalidad democrática de sus ciudadanos.
Los ayuntamientos tenemos una declaración pionera: La declaración conjunta de la República que en 1.931 hicieron los alcaldes vascos, siguiendo los pasos del Alcalde de Getxo, el que luego fuera el primer Lehendakari, José Antonio Agirre. Cuando se proclamó por primera vez en Gernika la autodeterminación de Euskadi, la República prohibió a los alcaldes vascos la consecución de la misma. Pero la idea del derecho a la autodeterminación quedó manifiesta. Udalbiltza® ya tiene testigo que coger.
Aunemos las fuerzas los vascos de Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Lapurdi, Navarra y Zuberoa para convertir en realidad ese derecho. Para conseguir este objetivo Udalbiltza® utilizará todos los medios de los que dispone.
GORA EUSKADI ASKATUTA!
Junta Directiva de UDALBILTZA®
En Euskal Herria, a 24 de abril de 2011